Los primates
Perfil apresurado de los representantes de la sociedad española
Escribimos aquí un perfil momentáneo de los doce participantes en la edición “2001” de Gran Hermano, a la vista de cómo se presentaron ante una ilusionada sociedad española. Tengan Ustedes presente que las cosas posteriormente pueden cambiar, esto no es más que un acercamiento superficial a algo tan complejo como cada una de las “personas humanas” que por ahora habitan en la Casa del Gran Hermano, así que previsiblemente las cosas cambien, pedimos disculpas por adelantado y bla bla bla, ….
Pero, ¿qué estoy diciendo? ¿No se supone que intentamos que La Página Definitiva sea algo así como una publicación “de prestigio”? Entonces, ¿a santo de qué preocuparnos por ofrecer información seria, susceptible de críticas y todas esas zarandajas? Perdónenme, se lo ruego, cuando uno se enfrenta a cosas tan serias como la edición 2001 de Gran Hermano se ve abrumado por la responsabilidad y, por momentos, incluso siente respeto por sus lectores, dado que no son sólo lectores, sino la categoría más elevada a la que puede aspirar el ser humano: espectadores de Gran Hermano.
Pero no cometeremos más deslices: como si de auténtico periodismo de calidad se tratara, y como diario de referencia que somos, les decimos desde ahora mismo que la única realidad posible es la que ahora, después de analizar unos minutillos a cada uno de los participantes en Gran Hermano 2001, les ofrecemos. Y si luego las cosas cambian, nosotros no nos habremos equivocado, serán Ustedes los que nos hayan interpretado de forma incorrecta (luego no digan que no les he avisado).
Sabrina: 24 años, Málaga. Según la información de Gran Hermano, “promotora”. El periodismo de investigación de La Página Definitiva, curioso por saber qué quería decir exactamente “promotora” (para nosotros, “promotor” es un tío estilo Lorenzo Sanz, que especula con el suelo para construir adosados con papel de estraza), indagó en la verdadera actividad de Sabrina. Afortunadamente, no hemos llegado al mismo nivel que Intervíu el año pasado. Sabrina, simplemente, se dedica a “promover” la adquisición de productos en los supermercados, es decir, que está con una bandeja de quesos o con pequeños envases de detergente que lava más blanco y se los ofrece a los clientes del Pryca. Honrosa actividad, desde luego. Por otro lado, es preciso reseñar que Sabrina es “mestizaje y tolerancia”. Nació en Francia, de padre argelino y madre española, aunque ostenta un acento andaluz compartido con la mitad de los concursantes de esta edición, símbolo de pujanza del Sur de España. Naturalmente, y como representación plural de la sociedad española que es Gran Hermano 2001, Sabrina es bastante guapa y, asimismo, parece tener mucho tiempo libre. Por eso, sin duda, fue seleccionada. ¿Se imaginan a un ingeniero nuclear diciéndole a su jefe “Oiga, que me voy a Gran Hermano 2001 y vuelvo dentro de cuatro meses, dígale a la señora de la limpieza que haga mi trabajo mientras tanto”.
Carlos: 24 años, Hospitalet de Llobregat. Según la información de la página oficial, “Pastelero”. A todas luces, y por lo que hemos podido observar de su filosofía de la vida, “Pastillero”. Un experimento sociológico como Dios manda no podía dejar de lado a un fenómeno de tanta importancia para la sociedad española como los pringaos de plazoleta de barrio, y podemos decir que con Carlos este agujero queda tapado. Por supuesto, Carlos está en paro, lo que no le ha impedido comprarse y destrozar el típico coche de macarra que las clases productivas de su edad aún no están en condiciones de arrostrar, por ser demasiado caro (y prescindible). Al igual que su coche, Carlos también se nos antoja prescindible, porque de este tipo de pringaos ya tenemos bastante. Basta con pasear por las calles de cualquier ciudad para encontrarnos con uno. Precisamente por ello no es descartable que aguante unas cuantas semanas, porque sus adláteres sin duda lo tendrán como un icono cultural, alguien capaz de hacer lo mismo de siempre (nada) pero en el templo televisivo. Declaraciones polémicas: “Hospitalet es lo más mejor”, o sea, que “Mejor imposible”.
Eva: 28 años, Mataró. Trabaja de camarera en Palma de Mallorca. No hay razones para no creer a la web oficial en este caso, dado que Eva tiene un hijo de siete años e imaginamos que de alguna manera tendrá que mantenerlo. Parece una persona más bien oscura, lo que le garantiza pasar la primera criba, pero luego previsiblemente lo irá pasando peor. No tanto, sin duda, como lo va a pasar ahora su hijo de siete años, que quedará marcado de por vida, no por estar lejos de su madre, por supuesto, sino por toda las barbaridades que tendrá que escuchar sobre su madre a lo largo de los próximos 20 años. No estaría mal que Tele 5 hiciera un “Gran Guardería” al mismo tiempo que “Gran Hermano” y fuera metiendo allí a los hijos de los concursantes en las distintas ediciones del programa, por ejemplo las niñas de María José Galera. El programa podría ser visionado en horario infantil, y a buen seguro haría las delicias de los más pequeños de la casa.
Emilio: 28 años, Madrid. Más mestizaje y tolerancia. Lo que en Mª Carmen es sólo una sospecha liviana, su latente homosexualidad, en el caso de Emilio es más que obvio. Estamos ante un representante de la nueva condición plural de la sociedad española, alejada de retrógradas convenciones que en nuestro pasado dieron una imagen castiza y carpetovetónica de nuestro país. Un primer vistazo a Emilio nos permite dilucidar que, en efecto, España no ha ganado demasiado con su nuevo amor por el pluralismo y la diferencia.
Emilio es un amante del estilo, el diseño y la experimentación artística, particularmente con él mismo, lo que le permite llevar todo tipo de vestimentas, a cual más atrabilaria. Por ello, nos parece normal que acabara montando una tienda de ropa en el centro de Madrid, no sabemos qué tipo de ropa, pero al menos es elogiable que Emilio se dedique a hacer algo productivo, lo que lo convierte, más aún si cabe, en un rara avis dentro de los concursantes de Gran Hermano 2001. Creemos, porque mucho nos tememos que la sociedad española, particularmente los seguidores de Gran Hermano 2001, dista bastante del pluralismo que se le supone, que Emilio no lo pasará demasiado bien en La Casa del Gran Hermano, y desde luego no aguantará mucho tiempo. El hecho de que en el primer programa no entrevistasen a un conocido suyo que fuera sexualmente neutro, como a su madre, por ejemplo, sino a un muy buen amigo suyo caracterizado por llevar una camiseta enormemente ajustada, no le ayudará a granjearse el favor del público.
Fayna: Más mestizaje y tolerancia. Madre francesa, padre español. Fayna tiene 22 años, estudia para ser auxiliar de Veterinaria y mientras tanto trabaja como guía turística en la empresa de sus padres. Domina varios idiomas (al menos se le oyó hablar en inglés y francés con soltura), parece moderadamente inteligente y además es guapa. En tal caso, nos preguntamos, ¿qué hace una chica así en un sitio como este? ¡No queremos intelectuales en Gran Hermano 2001! ¡Que se vaya a debatir con Sánchez Dragó en Negro sobre Blanco! No nos caben dudas de que los espectadores de Gran Hermano largarán a Fayna con viento fresco, recuerden que, por la experiencia de la edición anterior, la mayoría de los telespectadores que votaron eran mujeres caracterizadas por su odio a las mujeres concursantes, sobre todo si eran más o menos guapas, en un nuevo ejemplo de pluralismo de la sociedad española.
Fran: Ganadero, Badajoz, 35 años. El más mayor de los concursantes es también un hombre del pueblo. En principio, resulta exótico que un ganadero participe en un concurso de televisión como Gran Hermano 2001, dejando a sus vacas y cerdos morir de inanición en la granja. Pero la crisis de las vacas locas ha cambiado la vida de muchos de estos hombres, obligados a hacer, literalmente, cualquier cosa para vivir, incluso participar en Gran Hermano, con la responsabilidad que ello supone. Harto de vacas, cerdos y gallinas, e incluso de animales más evolucionados, como sus hermanos, Fran ha decidido abandonar su vida de ermitaño para participar en un concurso en el que, claramente, parte con ventaja: para alguien acostumbrado a vivir en un entorno natural tan apasionante y lleno de distracciones como las praderas de Extremadura no creemos que aguantar la claustrofobia de “La Casa del Gran Hermano” sea excesivamente complicado. Fran, lo decimos sin ambages, es nuestro héroe, porque resulta un chaval jovial y dicharachero, amante de los toros y de las continuas chanzas, es decir, un español en estado puro. Según pudimos escuchar en el primer programa de Gran Hermano 2001, su objetivo primordial en este concurso es encontrar una novia, pero ojo, porque Fran pone condiciones: “Quiero mujeres que sean femeninas, no demasiado estrambóticas”. ¿Qué es una mujer estrambótica para Fran? Y, sobre todo, ¿qué es ser femenina? La respuesta es obvia: “Si tuviera una novia me prepararía los platitos y no me tendría que preocupar de nada”. ¿Alguien puede pensar en una convivencia conyugal más feliz y equilibrada?
Karola: Logroño, 24 años. Como en otros casos, aunque nació en Logroño bien pronto decidió marcharse a una ciudad más cálida, Sevilla, lo que contribuye a aumentar aún más el porcentaje de andaluces en la Casa del Gran Hermano. Esto, en principio, no es ni bueno ni malo, o al menos no lo es si renunciamos a indagar en las oscuras mentes de los psicólogos responsables del engendro sociológico.
Según la web oficial, es “Teleoperadora”, o sea, contesta a llamadas telefónicas, pero hace tiempo que no ejerce, por lo visto, porque según nos cuenta se ha pasado la vida viajando de un lado para otro, disfrutando de su, estamos seguros, apasionante existencia. Karola, como su extemporáneo nombre indica, es una persona llena de energía, entusiasmo y ganas de vivir, una chica chupi guay piruli que tiene mogollón de amigos, arrastrados por su maravillosa y peculiar forma de ser. Auguramos que sus amigos podrán disfrutar de ella en breve, después de ser ignominiosamente expulsada de La Casa del Gran Hermano. Sólo un fenómeno paranormal similar al que el año pasado hizo que alguien como Ania estuviera a punto de ganar puede salvarla.
Según nos cuenta, después de tanto viajar Karola ha decidido retomar sus estudios. En un principio no sabemos a ciencia cierta qué estudios ha retomado, pero poco después el programa de Tele 5 nos lo aclara todo: “Me estoy sacando el carnet de conducir” ¿Quién dijo que los jóvenes de hoy en día son todos unos parásitos sociales?
Kaiet: 26 años, Bilbao. Según la propaganda de la web de Gran Hermano, “empresario”. Según él mismo, es cocinero, pero no acabamos de dilucidar si está en paro o ha logrado colocarse ya en la cafetería del Guggenheim. Kayet, esperemos que quede claro, es un chico afable, simpático, y comprometido con el paulatino e irreversible proceso de euskaldunización del País Vasco. Al igual que su hermano, Garikoitz López (¡”Garikoitz López”! ¿Se dan Ustedes cuenta?), Kayet cree firmemente que en la vida no hay nada mejor que ser de Bilbao, aunque para ello tenga que ocultar sus vergonzosos orígenes gallegos. Kayet tiene un perro, como casi todos los concursantes, y un nombre rarísimo, como buena parte los concursantes, y suponemos que será una persona “por encima de la media intelectual española” (temblamos al pensarlo). Por lo demás, está por descubrir.
Marta: Madrid, 27 años. Sobre las actividades exactas de esta chica hay cierta controversia: según la información de Tele 5, Marta es una empresaria de postín, aunque, por supuesto, no nos informaron de las actividades exactas de su empresa (sí que pudimos ver un plano en el que Marta servía platos a los clientes, aunque lo hacía con indudables ademanes de empresaria); el periodismo de investigación de La Página Definitiva (o sea, que hemos leído una noticia sobre el comienzo del programa en el periódico de hoy) ha descubierto que, en realidad, trabaja en el negocio de sus padres. Pero cuál no será nuestra sorpresa cuando hemos descubierto en la web del programa que Marta, en realidad, es “Atleta”. ¿Y atleta en qué sentido? ¿En qué deporte? Por el momento, sólo sabemos de ella dos cosas: que es acérrima seguidora del Atlético de Madrid y que le encantan los caballos, lo que la convierte en una candidata ideal para formar parte de la familia de Jesús Gil, dado que con ella Imperioso se vería muy bien cuidado.
Pero no sólo estos rasgos acercan a nuestra chica a la sugestiva personalidad del presidente Gil: al igual que el dueño del Atlético de Madrid, Marta, en lo que respecta a la condición femenina, tiene las cosas muy claras: “Soy un poco machista y me gusta que los hombres me traten como mujer”; ¿y qué quiere decir Marta cuando desea que la traten “como a una mujer”? A juzgar por los ademanes que hacía con su mano izquierda mientras decía esto (en plan “aquí van a haber montonadas de hostias”), no cabe duda alguna de que Marta es una chica “chapada a la antigua”. Si a ello unimos que, indudablemente, los seguidores del Atlético de Madrid votarán por cualquiera que no sea Marta como si se estuvieran garantizando con ello la permanencia, un año más, en la División de Plata, es posible que pueda ganar el concurso. Sin embargo, su atrayente personalidad, similar en algunos aspectos a la mítica Mª José de “Gran Hermano 2000”, puede ir en contra suya.
Ángel: Alicante, 24 años. Es el intelectual del grupo, pues no sólo lleva gafas de cuando en cuando, sino que a tan tierna edad ya ha conseguido superar dos cursos de la licenciatura de Criminología. Ángel es un chico muy serio cuya principal ilusión es ser, en un futuro, inspector de policía. Habida cuenta de los métodos de investigación habituales en nuestras Fuerzas de Seguridad, no resulta extraño que Ángel deje en un segundo plano los estudios para dedicarse a algo mucho más importante: ir al gimnasio para, según dice su hermana, “ponerse cachas”. Así Ángel estaría en condiciones de interrogar a los delincuentes de una forma mucho más persuasiva, estamos seguros, según las costumbres al uso. Por lo demás, Ángel parece un tipo bastante lamentable, la típica persona obsesionada con su aspecto físico y que no ha leído un libro en su vida, razón por la cual creemos que tiene posibilidades de alzarse con el triunfo.
Mari Carmen: Según la página oficial, es de Castellón, pero vive en una ciudad dormitorio un tanto alejada de la capital de la Plana, concretamente en La Línea de la Concepción, a unos 800 kilómetros de distancia. El pronunciado acento andaluz de Mª Carmen deja muy claro que lo de Castellón es un pequeño desliz informativo de la web de Gran Hermano. También nos informan en dicha web que Mª Carmen es jefa de ventas de una empresa de cosméticos, pero debe de tratarse de una empresa muy pequeña, porque es ella misma la que se dedica a ir puerta a puerta ofreciendo sus productos. ¿Es Mª Carmen abanderada de un nuevo estilo empresarial, consistente en que el jefe hace la labor de zapa mientras los empleados se tocan las narices en sus despachos? No lo sabemos.
En el plano personal, destaca de Mª Carmen su odio a los hombres, según ella misma dice. Se presenta rodeada de unas veinte mujeres que, al parecer, constituyen su círculo íntimo de relaciones. No es excesivamente atractiva, pero todo indica que se ducha habitualmente, así que deberíamos descartar, en principio, su condición lesbiana. De cualquier manera, su odio a los hombres no es óbice para que en su trabajo presente una revolucionaria estrategia publicitaria: “Hay que estar guapa, si no el marido se cansa y te deja”.
Roberto: 34 años, de Madrid, empresario según la página oficial. ¿Saben por qué es empresario? Porque “ha hecho varios negocios a lo largo de su vida”. Eso me recuerda a una estadística de la U. de Valencia que decía, para demostrar su utilidad, que el 92% de sus estudiantes “habían trabajado”. Es decir, que habían tenido un contrato basura de dos meses, o habían echado una mano en el negocio paterno… ¡Qué bien, ¿verdad? Roberto es empresario porque “lleva a cabo empresas”, definición etimológicamente correcta que, naturalmente, también me puedo aplicar yo, o Usted, o Perico de los Palotes. Pero queda bonito decir que la Casa de Gran Hermano está plagada de empresarios (como Emilio o Marta, por ejemplo; por lo visto, todos los madrileños son “empresarios”).
Como ya habrán adivinado, no tengo absolutamente nada que decirles de Roberto, personaje anodino como pocos, puesto que fue, vio y perdió en el estrecho periodo de dos semanas, marca reservada a los más grandes, como María José Galera, pero que no consiguió por méritos propios, sino exclusivamente por ser “el nuevo” y no haber calado en la audiencia; en nosotros tampoco, de hecho este perfil se escribe después de su expulsión y no tenemos ni idea de qué decir de él. Qué diferencia con gente con personalidad como Cal.loh, con un par de frases ya pudimos ver lo que teníamos delante: un maltratador en potencia, ¿sabeh?
Alonso: Motril, 25 años. “Patrón de cabotaje”, nos dice amablemente la web oficial de Gran Hermano. O sea, que este chico hace aquello en lo que quería trabajar Ismael, el ganador de la edición anterior, antes de ser millonario: con los barcos. El hecho de que Alonso intente recorrer el camino inverso que Ismael nos indica que lo de trabajar en un barco no debe ser un chollo. Si a ello unimos que Alonso directamente vive en un barco, no nos extraña lo más mínimo que tenga, según dice, obsesión por las mujeres, por un lado, y que estuviera deseando participar en Gran Hermano 2001, puesto que la Casa del Gran Hermano puede tener sus defectos, pero al menos es una Casa. Por último, cabe destacar que Alonso trabaja en Puerto Banús, es decir, Marbella, la patria de Jesús Gil. La capacidad del Presidente Gil para encontrarse siempre relacionado con los asuntos capitales de la vida española no deja de sorprendernos.
Compartir:
Tweet
Nadie ha dicho nada aún.
Comentarios cerrados para esta entrada.