El Holocausto

Los eliminados de la Casa

8/7/2002: CAROLINA
Con la expulsión de Carolina se cierra el ciclo regenerador del experimento sociológico por antonomasia. En esta edición hemos podido comprobar la confianza de la opinión pública en el centro-reformismo español, encarnado en el hombre de Aznar en la casa -Kiko- y Patricia (una mujer-mujer), quienes se perfilan como finalistas de este año en lo que sin duda constituye un nuevo éxito del centrismo patrio.

Hemos de felicitar pues a la ciudadanía de este país, que ni siquiera ha esperado a expulsar al último inquilino recién llegado, Javier, en cuya latente homosexualidad nos reafirmamos dicho sea de paso, para dejar de manifiesto su repulsa a la última representante del rojerío en la Casa, Carolina. Y el caso es que esta chica cae bastante bien al respetable. No sólo porque está relativamente buena -lo cual sería motivo suficiente para dejarla en la casa-, sino porque a lo largo del programa ha heho gala de una bondad de carácter bastante notable, y sino ya nos explicarán cómo es posible aguantar a un retrasadito asexuado como Jorge todo el día chupeteándote y dando por el saco. A pesar de esas innegables virtudes, Carolina ha contado con dos serias dificultades para hacerse con el favor del público, a saber:

1.- No haber solicitado la admisión en tiempo y forma en el selecto club centro-reformista de la casa (Kiko, Patricia, Javito y Oscar).
2.- Su declarada afición a las técnicas y las terapias de lo que se ha dado en llamar la New Age, lo que sugiere una apostasía de los principios tradicionales de nuestra cultura cristiano-romana con cierto ramalazo hippie nada apropiado para los tiempos que corren. Sí, es muy bonito estar en una habitación rodeado de apestosos palitos de incienso mientras se capta la energía cósmica y se recitan los mantras correspondientes (hay mil maneras de hacer el chorra y esa es simplemente una más), pero si vamos a ganar un concurso respetable como Gran Hermano hay que ser mucho más serios.

Esta semana será expulsado el último inquilino, Javier, cuya estulticia corre pareja a la longitud de su melena, con lo cual quedarán unicamente los tres finalistas de esta edición: Kiko, Patricia y Javito (otro serio candidato a ocupar el trono gay de esta edición). Sí, estamos de acuerdo en que nadie daba un puto duro por ellos al empezar el concurso de este año, pero lo mismo le pasó a Aznar cuando fue designado por Fraga para dirigir AP y ahí le tienen, chuleando al Presidente de los U.S.A. en sus propios morros y con los pies encima de la mesa, oiga.

28/06/2002: CANDI
Continúa la aventura de Gran Hermano, ya en sus últimos estertores, y esta vez nos toca hablar de la última damnificada: Candi. Se trata de una chica peculiar, aficionada a los deportes viriles y cuyo rasgo más destacado es ese aire noblote y cateto típico de quien no sólo no se ha sacudido el pelo de la dehesa, sino que además es algo que le importa tres pimientos. Por decirlo en pocas palabras, la tía es más basta que unas bragas de esparto con cremallera de botones. Esta peculiaridad suya es algo que en otro momento no debiera haberle supuesto ninguna traba para triunfar en un experimento sociológico, sin embargo ya no estamos en los tiempos de Paco Martínez Soria (lo sentimos amigos pero así es) y por lo tanto es muy dificil que triunfen en estos eventos mediáticos todos aquellos que se alejan del ideal sociológico centro-reformista. Buena prueba de ello es que el bando centrista, capitaneado por el hombre de Aznar en la casa -Kiko- supera semana tras semana todas las votaciones mientras que el grupo de los pringadillos de ideología y sexualidad heterodoxas acumulan expulsiones sin cesar.
Como debe ser, por otra parte.

Sirva esta reflexión para hacer caer del burro a todos aquellos insensatos que insisten en la inutilidad de Gran Hermano a efectos de prospección sociológica. No, amigos, GH es el fiel reflejo de la juventud española, y no sólo eso, sino que, con lógica inexorable, el
resultado final será la imagen ideal de nuestra sociedad: Kiko y Patricia, joven empresario centro-reformista él y mujer-mujer ella, triunfadores por todo lo alto, mientras el rojerío es arrojado a las tinieblas del olvido mediático. Qué bello ejemplo, qué primorosa estampa cuya evocación nos retrotrae a aquellos maravillosos años, de cuando las cosas eran como Dios manda.

Hemos de anunciarles -sí, sabemos que hay algunos de ustedes que no ven el programa, mamarrachos- la entrada de un nuevo bufoncillo que sustituirá a Oscar, el de la espantada sexual antológica. No nos detendremos mucho en él, puesto que va a durar tan poco que apenas va a tener tiempo para demostrar su estulticia. Digamos tan sólo que se llama Javier, que tiene un airecillo gay que tira de espaldas lo que junto a la melena que gasta hacen improbable su admisión en el grupo centro-reformista. A la puta calle, pues.

Las cosas en la casa están cada vez más aburridas, mientras que en el plató cada vez están más tensas. A los felipistas expulsados les resulta muy dificil no proclamar su análisis sobre la personalidad de Patricia (“damas y caballeros: ¿no ven que no es más que una mala puta?) lo que unido a la presencia de su patética madre, la Encan-ni, puede hacernos pasar muy buenos ratos antes de que el programa termine. Crucemos los dedos.

08/06/2002: ELBA

Como era de prever, la simpática Elba abandonó ayer la casa, certificando de paso el relativo fracaso mediático de la nueva política de GH consistente en introducir en la casa elementos poseedores de una identidad sexual heterodoxa.

El ocaso de Elba comenzó el aciago día en que echaron a Raquel, el único concursante capaz de mantener el interés en el programa gracias a sus continuas broncas con la histérica andalusí. No sabemos -y nos importa un huevo, la verdad- si lo que Elba sentía por Raquel era amor o sencillamente unas ganas irrefrenables de jugar a ginecólogos, pero en cualquier caso, el golpe de su salida le dejó claramente tocada. Quizá sea que se trata de una chica con la moral muy frágil, pero lo cierto es que a partir de ese momento se ha vuelto casi tan insoportable y patética como Patricia. Hay que felicitar a la audiencia en este caso por tanto.

Por nuestra parte no podemos sino lamentarnos del declive de una edición de GH que ya desde el principio no auguraba atisbos felices. Unicamente la presencia de Raquel nos permitió alumbrar alguna esperanza, pero tras su expulsión ya no nos queda ni eso. Sólo hay que ver el tipo de pringados que quedan en la casa, empezando por el representante de Nuevas Generaciones del PP -Kiko- siguiendo por el protagonista de la espantada sexual más vergonzosa en la historia de GH -Oscar- y terminando por el asexuado de Cádiz -Jorge; qué tendrá esa provincia, qué tendrá.

Además es que Cal-loh dejó el listón muy alto, ¿sabeh?.

24/05/2002: ANDRÉS (NESS)

Uséase, el boys. Irse de vacaciones a México una semanita, en lugar de seguir como hasta entonces, de plácidas vacaciones en España, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la audiencia. Se suponía que Andrés había entrado en la Casa para hacerse famoso, no dar un palo al agua y fornicar lo máximo posible, es decir, exactamente lo mismo que los demás concursantes, pero con el aliciente de que el tío es un “empresario del sexo”. ¿Y qué nos encontramos? A un especimen que hablar, lo que se dice hablar, habló mucho de lo caliente que estaba, pero no actuó lo más mínimo. Si un chulopiscinas profesional sólo es capaz de ofrecernos esto, para eso podrían haber optado por un autodidacta como Cal.loh y nos lo habríamos pasado mucho mejor, ¿sabeh?

El boys, de cualquier manera, ya estaba bastante amortizado, pues de no ser porque Pepe Navarro consiguiera apresurarse lo suficiente en la conversión de un programa elitista y de buen gusto como Gran Hermano III en un clónico del Mississippi, estaba muy claro que, si es que Andrés se prestaba a ofrecer a la audiencia algo picantillo, no nos lo iban a mostrar convenientemente, y total la audiencia que estuviera interesada en lo que concierne al empresario del sector turístico hacía meses que podía observar el miembro “con que Natura sólo dotó al varón” en múltiples fotografías que pululan por ahí.

Por lo demás, la Casa del Gran Hermano sigue exactamente como de ella se espera: demostrando una vez más que sólo hace falta juntar a diez o doce especímenes por encima de la media intelectual española en un espacio reducido para que con enorme presteza se dediquen a cotillear unos con otros y formar parejas unidas única y exclusivamente por las cornás que da el hambre. Es Patricia la líder de opinión en este aspecto, en ausencia del ya añorado Raquel, si bien hay que decir que Patricia se conduce con un estilo mucho más gestual e intuitivo (estoy contenta, pego gritos y me echo a llorar; estoy triste, pego gritos y me echo a llorar; estoy enfadada, pego gritos y me echo a llorar…) que los maquiavélicos planes de su antecesor, que tuvieron como final inevitable la expulsión de la Casa. Puesto que Patricia es ahora el ingrediente más picante de una casa a la que sólo le falta un poco más de suciedad y algunos muebles de desecho para convertirse en el genuino piso de estudiantes, habrá que suponer que la audiencia, sí, la misma audiencia que se gastó el dinero en llamar a Eurovisión para que alguien que no fuera Rosa de España saliera elegida, la expulsará en breve.

10/05/2002: RAQUEL

Tal y como nos temíamos el público ha expulsado de la casa al “Broncas”. Está claro que la audiencia no termina de captar la esencia de un programa que podría ser, y de hecho lo es en ocasiones, un magnífico vehículo de humor involuntario, y continúan expulsando de forma inmisericorde precisamente a los personajes que mantienen algún interés en este invento. Por nuestra parte no podemos sino lamentar la expulsión de un tío como Raquel, capaz de mandar a tomar por culo a media docena de pringados y organizar una escena de celos por los tonteos de Carolina mientras se toma una coca-cola.

Cada vez resulta más evidente que el programa inicia con esta última salida una progresiva caída en picado. Sin Raquel animando el cotarro, Patricia apenas tendrá motivos para llorar como una gili histérica y, lo que es peor, Elba puede entrar en una fase melancólica por la ausencia de su noviete que la convierta en un ser aún más insulso.

Los programadores de su cadena amiga son conscientes de este pequeño fracaso, prueba de lo cual es su decisión de introducir una novedad que compense en parte esta notable ausencia. Así, han traído a un concursante del GH de México para compartir unos días con nuestros héroes y han facturado para allá a lo más impresentable de la casa: Andresito el tontoltanga. Con su pan se lo coman.

Lo más patético del asunto es que el concursante a intercambiar iba a ser Kiko como ganador de la prueba semanal -lo hemos leído por ahí-, pero ante la decisión del tontoltanga de abandonar la casa con su amigo Raquel la dirección del programa tuvo que cambiar de planes y enviar a aquél a la aventura mexicana (esperemos que tras la experiencia no rompan relaciones diplomáticas con nosotros).

Ahora tenemos a este simpático mexicano, Eduardo, médico cirujano (cómo está el trabajo por ahí fuera) sobre el que recaerán todas las miradas en los próximos días. El listón está muy alto, puesto que para suplir aseadamente a un monstruo mediatico como Raquel no basta con “platicar” en el sofá; hay que organizar buenos altercados o dedicarse a “lo único”, sino todo el mundo acabará haciendo como nosotros: cambiar de canal en cuanto desaparecen Paula Vázquez y su escote.

26/04/2002: Jacinto

Gran Hermano expulsó ayer a uno de los supuestos favoritos, no en vano se trataba de un hombre del pueblo. Ante el estupor de los telespectadores, Jacinto tenía que abandonar la Casa de Gran Hermano merced al voto del 40% de los mismos telespectadores (o del 40% de la simulación por ordenador que decide desde hace 3 años quién es expulsado de la Casa, para los amantes de la Gran Conspiración). Nuestro Hombre con mayúsculas continuó con su peculiar naturalidad (aunque podríamos hablar con más propiedad de bruticie) que tantas amistades y seguidores, en apariencia, le había granjeado fuera de la Casa (sí, es posible que haya sido expulsado precisamente por un exceso de naturalidad, pero ya que hemos quedado en que Jacinto más que nada es un peazo de animal, ¿creen Ustedes que algún espectador de Gran Hermano que se precie iba a expulsarlo por algo así?).

Jacinto, ante todo, se despidió de sus cabras, con las que había alcanzado un entendimiento no basado en las palabras, una comunión espiritual, en suma, un feeling, de la hostia, y acto seguido se dispuso a decir adiós a los demás animales de la Casa, también llamados concursantes “por encima de la media intelectual española”. En ese momento a Jorge, el gaditano que va de gracioso y buena persona (aunque a nosotros lo que más nos impactó desde un principio fue que a sus veintitantos años no sólo no había conocido mujer, sino ¡tampoco el vicio solitario!), le entró una llorera de no te menees, ante lo cual Jacinto dijo algo así como: “Os quiero a todos un montón, y sobre todo a ti, Jorge, Pichurri” (bueno, lo de “Pichurri” es mentira, pero dado que esto es una crónica de Gran Hermano hagan como si no hubieran leído el paréntesis).

En ese momento la organización del programa, que vio “tema” (y por si no se habían dado cuenta aún, este Gran Hermano está dedicado al kolectivo Gay – Lesbiana), le ofreció a Jorge compartir 24 horas con Jacinto en la suite nupcial de la Casa, a lo que ambos dijeron que sí. Imaginen las escenas de enfervorecido amor a las que no asistiremos por la nefanda censura entre el imberbe Jorge y el sexualmente experimentado Jacinto. El sueño perverso de todo adorador del share que se precie.

La verdad es que esta expulsión ha sido sorprendente, es más, sospechosa. Ya cantó mucho que el público se decantase por Sabrina en la segunda edición de Gran Hermano, pero esto pasa de castaño oscuro. ¿Cómo va a ser expulsado Jacinto si era “el popular” y uno de los supuestos favoritos? Recordemos, en este sentido, que en Gran Hermano hay dos tipos de público:

– El público que ve Gran Hermano y no vota ni que lo maten, y que quiere sangre, vísceras, escándalo.

– El público que ve Gran Hermano y vota por teléfono, caracterizado por su capacidad para expulsar a los concursantes patéticos y conflictivos de la casa, es decir, los más interesantes, dejando indemnes a los concursantes patéticos y carentes de personalidad. Curiosamente, este mismo público está enganchado a Gran Hermano gracias a los concursantes a los que luego vota.

Si hacemos caso a la tradición de Gran Hermano, el expulsado debería haber sido Patricia, por los siguientes motivos:

– Es mujer.

– Si lo anterior no les parece bastante, además de mujer – mujer, Patricia está ennoviada, y ya saben que en Gran Hermano “pareja de pimpollos, al hoyo” (disculpen el horripilante ripio, pero algo hay que hacer para que me contraten en publicaciones de papel couché de calidad). Bien es cierto, en su descargo, que su novio – amante – pulpo desesperado es Kiko, un lamentable buen chaval del PP con la foto de Aznar en la mesita de noche.

– Patricia, además, es conflictiva, se pasa la vida pegando gritos y llorando como una histérica, es decir, que confirma su calidad de mujer – mujer y ennoviada. Patricia, siempre enfrentada a su alter ego lésbico Raquel, se ha pasado las últimas semanas repartiendo yoyah a diestro y siniestro, convirtiéndose en la sal de Gran Hermano III.
– Por último, y esto es definitivo, en La Página Definitiva ya habíamos señalado a Patricia con nuestro dedo omnipotente como siguiente expulsada de Gran Hermano. Y nosotros nunca, repito, nunca nos equivocamos, salvo hecatombe manipulatoria de Gran Hermano.

Porque estamos ante una siniestra manipulación del programa por parte del sesudo equipo de psicólogos que intentan desvelar las claves del comportamiento humano. Si no es Patricia la más votada por el público, el expulsado de ningún modo debería haber sido Jacinto, que sólo contaba con dos datos en contra:

– Es vasco. Bueno, es navarro, pero ya se encargó la rumorología más acreditada en atribuirle la militancia en HB “de toda la vida”, uséase, vasco y proetarra (para el horizonte de expectativas del espectador medio, y resumiendo, vasco).
– María Teresa Campos dijo en su programa, en la línea de su inmaculada trayectoria como periodista imparcial y objetiva, “por favor no voten a Patricia”. Algunos amigos míos opinan que son María Teresa Campos y Boris Izaguirre los que deciden quiénes son expulsados de la Casa del Gran Hermano. Yo quiero pensar que el público no es tan lerdo como para seguir a estos líderes de masas (bueno, de hecho lo pienso, el problema es que “público” y “público que vota” son dos entidades distintas), pero en cualquier caso “no voten a Patricia” no implica, necesariamente, “voten a Jacinto”, así que nunca podría ser una razón de peso.

Nos reafirmamos en lo dicho. Una repugnante manipulación ajena a cualquier consideración ética. Es decir, magnífico. Televisión en estado puro. Desde aquí exigimos que le den un premio al autor de la idea de echar al “popular” para que se hable (más) del programa y mantengan al mal bicho. ¡Por fin se han dado cuenta!. Sólo nos queda saber cómo evolucionarán las cosas en la Casa en los dos aspectos en que la vida en dicha Casa se antoja interesante, ambos relacionados:

– Dinastía: hasta hace cuatro días Patricia era “la mala”, pero la capacidad de Raquel para urdir todo tipo de siniestros complots (esta mujer debería trabajar en la Brunete mediática) ha hecho que, con 20 días de retraso respecto a lo habitual en aquellos que no estamos “por encima de la media intelectual española”, poco a poco los habitantes de la Casa se percaten de que Raquel, en realidad, es “la más mala”, con lo que su nominación está más que asegurada, y según los criterios habituales en Gran Hermano, su expulsión aún más.
– Si a ello unimos que Raquel también está en el centro del huracán en el otro asuntillo interesante, el perenne Día del Orgullo Lésbico de Gran Hermano III, las cosas aún están más claras. Esperamos ansiosos a que Elba se declare a Raquel, Raquel a Elba, Candi a alguna otra, y esto sea un ejemplo de tolerancia con la diferencia como no se ha visto ni en Le Monde Diplomatique. Ya nos vemos a Raquel y Patricia enamorándose después de una buena sesión de yoyah, quedándose ambas sordas de resultas de las galletah (otra expresión de Cal.loh) que se propinaron y teniendo hijos también sordos para mayor gloria de la genética y el derecho a ser diferentes.

Naturalmente, si Raquel, además de mala, se revela como lesbiana, aquello parecerá una primera vuelta de las elecciones en Francia, con todo Dios votando en plan Le Pen. ¿Superaría, en ese caso, Raquel el 84% de los votos, récord de Gran Hermano? Posiblemente nunca lo sabremos, porque ahí estará el psicólogo de guardia para, una vez lucrada la productora con mensajes de los incautos espectadores, expulsar a otro individuo distinto, que genere audiencia sin que su marcha implique la pérdida de interés del programa, manteniendo así a Raquel. Esto es lo grande de Gran Hermano III.

12/04/2002: NOEMÍ

La tercera edición de Gran Hermano se cobró anoche su primera víctima, Noemí. No es una gran pérdida pues por lo poco que se había visto hasta ahora se trata de una concursante bastante anodina. Pija sin llegar al extremo del zorrón de Marta (GH-2), e histérica pero no tanto como una Karola (GH-2 también) por poner dos ejemplos.

Lo más divertido de esta expulsión es que todos se equivocan respecto a los motivos por los que la gente la ha enviado a casa (a la suya esta vez). Hasta ella misma se mortifica creyendo que es su especial forma de ser o una excesiva agresividad en sus respuestas a Jacinto lo que la ha llevado al holocausto. Qué decir de Pepe Navarro y su enorme cabezón, tratando de explotar la vena sentimentaloide de los familiaries como si esto fuera un vulgar programa “de testimonio”, e intentando dilucidar qué arista de su carácter ha podido influir en la decisión de la plebe.

Tonterías. Los motivos de la expulsión son más que evidentes: Su condición de mujer (determinante en este programa, como todos sabemos), las gafas de sol de Yoko Ono con que nos ha asustado algunas noches y el no menos ridículo sombrero de Cow Boy con que nos divirtió en su primera día. Una señora capaz de colocarse semejantes adminículos delante de todo el mundo sin ser época de carnaval no merece participar en un experimento sociológico serio, y así lo ha entendido el respetable.

Lo cierto es que la elección ha estado reñida, puesto que había otro candidato a la expulsión cuyo nivel de patetismo sobrepasa con creces al de nuestra protagonista de hoy, y si no ha sido expulsado con todos los honores ha sido únicamente por ser hombre. El caso del tal Andrés es lo más ridículo que hemos visto en la breve historia de G.H., y mira que hemos visto cosas. Dejando a un lado que hay que ser muy hortera y algo “lentito” para querer que a uno le llamen “Ness”, la actitud de este personaje a lo largo de los pocos días de concurso le convierten en un candidato ideal para superar el mítico record del 79% de votos, instaurado en su día por la inefable Karola. Desde luego el chaval se lo merece, veremos si la gente opina igual.

Ya sólo quedan once concursantes, pero lo peor de todo es que aún no se ha destapado nadie capaz de hacer que la audiencia se descojone o de protagonizar episodios de violencia macarra como el añorado Cal-loh, que nos divertían mucho más. Tenemos alguna esperanza en Jacinto y sus particulares métodos de tratar al ganado -concursantes y cabras- e incluso no descartamos que el simpático gaditano nos sorprenda con su descubrimiento del sexo (no olvidemos que, según afirmó el primer día, no sólo no ha mantenido relaciones sexuales sino que ni siquiera sabe cómo se hace una gallarda). En cualquier caso sí parece claro que, salvo sorpresas, esta edición no llegará a los extremos hilarantes de GH-2. Veremos.

P.D.: Qué buenísima está Paula Vázquez, Dios.аудит интернет сайтастатьи уголовного кодекса украины


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