Ismael, el Hombre
El triunfador de “Gran Hermano 2000”
Finalmente, se cumplieron las previsiones que nosotros hicimos (tampoco tenía mucho mérito) al principio del programa e Ismael se alzó con el triunfo, no sin dificultades. La noche fue larga, y casi tan aburrida como los concursos de Eurovisión, pero no estuvo exenta de ciertas satisfacciones.
La primera de ellas, comprobar cómo Tele 5 ha decidido prolongar lo más posible la mina de audiencia que ha encontrado con este programa y convertir Gran Hermano en algo parecido a la Liga de fútbol; Ismael no es el ganador de Gran Hermano, sino simplemente de “Gran Hermano 2000”, que es como pasó a llamarse el concurso en su primer día.
La segunda, pudimos observar con alivio cómo Ania no se alzaba finalmente con el triunfo. Después de la puñalada (esperada, por otro lado) de la temprana eliminación de Iván, nuestro favorito indiscutible desde que se cargó, él solito, a Silvia e Israel, y luego dominó como quiso toda la competición, las cosas se ponían feas, había muchas posibilidades de que Ania, la Mujer de Valladolid, consiguiera dejarnos en ridículo, como país y como Estado, allende nuestras fronteras. ¿se imaginan a Ania participando, como estrella invitada, en el Gran Hermano yanqui, por ejemplo? Sí, ahora saldrá en Tómbola todo lo que quiera, e incluso es posible que algún diseñador borracho y muy, pero que muy homosexual la convierta en modelo de pasarela, pero al menos el marrón nos lo comeremos nosotros. Desde el principio, Ania se convirtió en la más firme candidata a abandonar la casa, pero no porque sus compañeros la odiaran, sino porque la pobre es tonta de capirote. Pero no ese tipo de imbécil (estilo Jorge, por ejemplo) del que te ríes a mandíbula batiente, sino del cargante, que cansa y ni siquiera aporta nada en su estulticia). En fin, estuvo cerca, y hay que reconocer que tampoco estuvo exenta de cierta capacidad de manipulación (lo cual siempre es positivo), pero finalmente ganaron los que se lo merecían: Ismael / Iván.
Porque ganaron los dos, ambos podrán montarse (no sean malpensados) su bar gay en la bahía de Cádiz, o donde quieran, que fans no les van a faltar. La estupenda novia de Ismael habrá de compartir a su novio con otro, pero será por una buena causa; al fin y al cabo, estos ya han pasado a formar parte de la iconografía homosexual; ¿por qué, si no, se desnudaría parcialmente Ismael una vez convertido en triunfador del programa ante los ojos de 10 (¿15?¿25?) quién sabe) millones de telespectadores?
Hubo un par de detalles en la victoria de Ismael que nos cautivaron especialmente: en primer lugar, Gran Hermano le regaló su título de licenciado, sin necesidad de comprarlo en el Principado de Sealand, y sin que se sepa a ciencia cierta si Ismael había aprobado y fue Fernando Acaso el que se examinó por él. ¿Acaso Acaso le ofreció al Rector de la Universidad de Cádiz su futura participación en un “Gran Catedrático”? ¿Tendrá que ir Mercedes Milá a decirle a mi rector que por favor, que me de el mío, que hace dos años que pagué las tasas? Misterios sin resolver.
El segundo detalle estuvo relacionado con el anterior. Todos los telespectadores pudimos percatarnos del escaso entusiasmo con que Ismael recibió a su alborozada madre en el plató de Gran Hermano; no en vano, es obvio que el chico proviene de una familia desestructurada, recuerden que su padre, delincuente habitual, está en estos momentos a la sombra; ¿no podía Gran Hermano haber convencido al director del penal de Nanclares de Oca (o de donde fuera) de la conveniencia de soltar al padre? ¿O es que este entró de motu propio en la cárcel, sabedor de que ahí el volumen de negocio es mayor que en ninguna otra parte? ¿Dedicará Ismael la pasta del premio (y todo lo demás que saque) a continuar el negocio familiar en su bar o cambiará la tradición? Más misterios.
Por último, lo más divertido del programa, y aquí si que cumplió, por una vez, su condición de “experimento sociológico”, fue la explicitación, por parte de Mercedes Milá, del carácter eminentemente mercantil del programa. Gran Hermano ha convertido a sus protagonistas en famosos, suponemos que por lo menos por un par de meses, y la productora se ha forrado aún más vendiendo estúpidos libros y revistas “oficiales” por doquier. Incluso los participantes han montado, por lo visto, una página web, “muchagente.com”, que nosotros no tenemos la menor intención de visitar, pero que sin duda sacará bastante pasta en los próximos meses? ¿Que los personajes de Gran Hermano son bastante patéticos? ¿Que cómo es posible que estos tíos sean ídolos de masas? No se engañen, María José lo hace mucho mejor (en todos los sentidos) que Yola Berrocal, y esta gente es, en su mayoría, mejor que Rociíto; y, por otro lado, los culpables de que sean famosos no son otros que Ustedes (bueno, nosotros también); haber visto los documentales de la 2 en vez de Gran Hermano, como hacen todos los futbolistas, y nada de esto habría pasado.
Por último, somos conscientes de que un número importante de lectores de esta web viene exclusivamente a leer cosas de Gran Hermano. Nosotros cerramos cautelarmente el kiosko, pero no se engañen, no es tan fácil deshacerse de nosotros; si Gran Hermano va a convertirse en una tradición anual, nosotros estaremos allí, dispuestos a tragarnos todo lo que haga falta. Y mientras tanto, siempre nos quedará (a ustedes y a nosotros) el “Gran Autobús” de Antena 3, que ya asoma en lontananza y que promete ser más estúpido aún que GH.
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