El Holocausto

La sabiduría popular va eliminando concursantes como sólo ella sabe hacerlo

Ya sabemos que los dos últimos eliminados no eran “eliminados” sino los “otros ganadores” (al igual que Argentina no perdió la Guerra de las Malvinas sino que quedó subcampeona). Nosotros no opinamos lo mismo; aquí el único ganador ha sido Ismael (vea nuestro Especial).
Ania

Ania es la estolidez convertida en pseudotrascendencia. Para quien esto escribe uno de los grandes misterios de Gran Hermano es que una mujer como la vallisoletana pueda tener seguidores, fans o gente que la soporte. Que casi 400.000 personas se hayan tomado la molestia de llamar por teléfono al programa para darle su voto, con el consiguiente gasto en beneficio de Telefónica y, sobre todo, conscientes de que con ello contribuían a que pudiera ser premiada con 20 millones de pesetas por “ser como es” me deja estupefacto.

Ania es un ejemplo de persona preocupada sólo por ella misma, a quien le trae al fresco lo que ocurra a su alrededor, en el mundo o con las personas que le rodean. De hecho, y para ser sinceros, ni siquiera se preocupa totalmente de sí misma, pues la actividad neuronal de su cerebro le importa bien poco, y abandonadita la tiene. Ella sólo se ocupa de su aspecto físico, con sus potes, sus escotes y sus eternos vestidos brillantes. Y lo peor de todo es que, encima, la chica no es ni mucho menos agraciada y tiene un gusto más que dudoso. Por ejemplo la operación de labios que se ha hecho le ha acabado por dejar un labio caído que le tapa siempre los dientes y le pone encima 10 años y cara de pez.

En cualquier caso es una terrible noticia que Ania haya salido de la casa, pues amenaza con explotar su popularidad. Desde aquí le rogaría que se dedicara a ser modelo, pues si por casualidad la encuentro en tareas que le obliguen a hablar con su tono de voz melifluo y su incapacidad para fingir un mínimo de verismo cuando suelta comentarios pretendidamente “profundos” o “sentimentales”, puedo acabar optando por el suicidio.

El pueblo español, soberano y sabio, es a veces complicado y paradójico. Así, en sus votaciones penalizó masivamente a alguien como Iñigo, porque el pobre chico se sacaba los mocos. En cambio, a Ania, que orgullosa contaba que al comer mucha verdura no podía dejar de tirarse pedos, 400.000 españoles la querían recompensar. Uno de los milagros de la televisión (a través de la cual no se podían oler los pedos en cuestión).
Iván
Iván sólo ha recibido un escaso 20% de los votos de la audiencia y, en consecuencia, ha quedado como tercer clasificado en Gran Hermano. Los motivos por los que Iván no ha cautivado a los telespectadores no se saben a ciencia cierta, pero existe la sospecha de que toda la inquina que se le profesa obedezca a la clara envidia hacia quien no sólo es inteligente sino que se comporta de un modo cabal. Iván ha sido quien más ha sabido disfrutar de su estancia en la Casa y el que mejor se ha adaptado a las condiciones de vida en la misma, al encontrar a una persona como Ismael, con la que ha disfruta de buenos ratos del único modo que ello era posible en las condiciones en que se encontraban: haciendo el payaso. Auguramos un gran éxito al bar de copas que ambos tienen previsto montar.
Koldo

Como era previsible, el intelectual de Gran Hermano salió por la puerta falsa sin poder llegar a la gran final, convirtiéndose en uno de los principales perdedores del programa. ¿Para qué hacer el ridículo y decir tonterías tanto tiempo, si, total, no se saca nada en limpio a cambio? Al fin y al cabo, María José ya está proyectando su boda con Jorge, Silvia e Israel presentan un programa, Íñigo hace cine, Mabel ha entrado a trabajar en la cocina de un restaurante… Pero este chico, nada de nada, se va con el rabo entre piernas (nunca mejor dicho; su desesperación le llevaba incluso a intentar liarse con Ania, a ver si así evitaba ser botado -y no es una falta de ortografía- por el público).
Ahora que nos hemos quitado de enmedio a Koldo y su mundo kafkiano, llega el momento de la verdad: ¿conseguirá Ania convertirse en la peor campeona posible? Véalo en nuestro Especial Gran Hermano.

Mabel

Nos referimos a la penúltima expulsión acontecida en la Casa del Gran Hermano con la satisfacción de que los espectadores, una vez más, han cumplido con su deber, represaliando a un mujer y acercándonos cada vez más al mítico mundo de una casa de machos en celo que sólo disponen para satisfacer sus necesidades de más machos y una perrita. Esta idílica situación ha sido evitada por los responsables del programa introduciendo a nuevos concursantes, lo que ha dado un respiro a la hora de eliminar mujeres (Iñigo). Como el siguiente va a ser Koldo, que se lo ha ganado a pulso (a no ser que nos cautive definitivamente rompiendo el pacto a traición el próximo domingo), vamos a estar a un pelo de llegar a esa situación.

Mabel ha sido eliminada y casi todas las gentes de bien nos alegramos. Más allá del interés sociológico que pueda deparar el estudio detallado de cómo los abusos en una tierna niña conquense de 14 ó 15 años puede dejar secuelas de consideración en forma de compulsión por limpiar, ordenar y mandar (por lo visto ser madre con tan pocos años te marca hasta el punto de que no puedes dejar de serlo nunca) esa mujer no aportaba nada en la casa. Con todo he de reconocer que ésta no es una razón de peso, pues, a fin de cuentas, ¿qué pinta Ania ya sea en la casa ya sea en el mundo? Porque Ismael o Iván, al menos, forman ya parte de la “imagen corporativa” de Gran Hermano, pero Ania …. ¿Alguien en su sano juicio sería capaz de convivir con ella exceptuando a quines luchan por 20 millones o a Iñigo? Al parecer Koldo sostiene que sí, que él, que ha encontrado “profundidad” en la vallisoletana.

Pero esta semana la elegida ha sido Mabel. Rasgos destacables de la señora: pues bien pocos, quizá podríamos señalar una exagerada afición a acabar en “ote” y “ota” todos los sustantivos que utiliza. En ese sentido no se ha producido durante su estancia un cambio excesivamente considerable con respecto a Mónica, quine suponemos que por su profesión estaba obligada a emplear también aumentativos, fingiendo sorpresa, para referirse a ciertos órganos de sus clientes. Por otro lado su tendencia a convertirse en fámula vocacional ha permitido a Tele 5 emitir simpáticos resúmenes sobre la realización de rosquillas que han acercado todavía más a Mercedes Milà a la mítica y monjil figura e Elena Santonja. Deseamos a Mabel una feliz reincorporación a su vida normal, si con ese adjetivo puede calificarse la convivencia con su familia.

Iñigo

Sólo Vanesa había alcanzado tal grado de unanimidad. El ya conocido como “Abominable Hombre de Lacoste” arrasó ayer en Tele 5 y logró más del 50% de los votos, siendo en consecuencia largado de la Casa del Gran Hermano. La audiencia sigue fiel a sí misma, eliminando a los personajes que más juego dan y permitiendo que muermos como Ania o Mabel estén firmemente asentados. En consecuencia, y de seguir las cosas así, el próximo en largarse será Koldo, lo que nos apena ya que sus ínfulas intelectualoides son bastante divertidas. Es divertido descubrir, gracias a “EL País Semanal” que los dos cocientes intelectuales más altos de la casa (por encima de 130) los poseen Ismael e Iván. Cuando Koldo se entere le da un ataque. El chaval, ya digo, es divertido. Ahora le ha dado por, cada vez que alguien dice una palabra, repetirla él en otra lengua, demostrando por activa y por pasiva su amplia erudición. Además, Koldo es el que va más descaradamente a por el premio, con lo que aporta sal a la convivencia.

Iñigo, personaje realmente espectacular, una especie de Ignatius Reilly a la española, ha abandonado la casa y ha aprovechado la conexión en directo, para, al más puro estilo Maria José, hacer su particular ajuste de cuentas (“Ania, te he visto llorar muy poco”, “Koldo, estabas todo el rato jodiéndome”) lo que ha provocado forzadísmos gritos de ambos, preocupados por el efecto que estas afirmaciones podían causar en la audiencia, de “Te quiero, Iñigo”, “Te quiero un montón” sin percatarse de que con ello se hundían todavía más en el lodo. Durante el programa con la Milà el eliminado ha seguido siendo él mismo, es decir, se ha comportado como un impresentable, proporcionándonos esos momentos de diversión que hacía tiempo que Gran Hermano no nos procuraba. Su salida, además, se ha visto acompañada de espectaculares bocinazos, suponemos que obra de Leo Bassi, que impidieron la entrevista a las puertas de la casa.

Marina

Reconozco que el sector retro de La página definitiva me ha ganado por la mano: yo siempre confié en Iván para ser expulsado (y los 200 asturianos que había a la salida de la casa también), pero no había contado con un factor clave: Marina es mujer (aunque no lo parezca), y ya se sabe que el principio número uno de esta competición es alentar subrepticiamente la filosofía de la homosexualidad y eliminar a todas las mujeres posibles. Al fin y al cabo, como diría un castizo, “todas son unas putas”, y aunque esto es radicalmente falso, los psicólogos de Tele 5, alentados por quién sabe qué frustraciones sexuales, parecen empeñados en demostrarnos lo contrario.

Qué quieren que les digamos, la salida de Marina fue patética, como ella, pero Gran Hermano nos está acostumbrando a este tipo de cosas. Desde la marcha de Vanessa, este personaje recién expulsado no tenía razón de ser alguna en la casa, porque el volumen de sus estupideces había descendido bastante, y ya no sabía divertirnos como antaño. Lo que está claro es que el siguiente será Iván, a menos que no haya pacto y nuestro José María García particular no esté nominado. Iván sólo se salvará en este caso o si se da una de las dos siguientes condiciones: o que Koldo se manifieste en pro de la construcción nacional baska o que Íñigo intente violar a Ania (la expulsada sería Ania, claro. Recuerden: “todas son unas putas”, principio básico del programa).

Ahora Marina podrá reunirse con su marido e intentar vender alguna exclusiva haciendo referencias a su compleja sexualidad. No creemos que tenga éxito, porque no sólo es gorda, fea y tonta, como todos ustedes ya sabían, la pobre, sino que además se ha vuelto desesperadamente aburrida.
Mónica

Ayer, a las dos de la madrugada, Mónica abandonaba la casa del Gran Hermano. Es evidente que el periodismo de investigación de la revista Interviu, especializada en todo lo que tenga que ver con los prostíbulos, ha tenido mucho que ver en ello, porque fueron los propios responsables del programa quienes, amablemente, le hicieron saber que toda España sabía ya su oscuro pasado. ¿Qué cuál era su oscuro pasado? Pues que la chica, por lo visto, no era azafata de avión, sino de lupanar en la carretera de Alicante. Y sin necesidad de llevarse a un soldadito español por delante, la segunda representante conocida del mundo de la prostitución (que igual hay más, nosotros no desechamos algún trabajillo de Iván en sus años mozos) abandona la casa.

La verdad, el mundo de la psicología ha vuelto a dar fe de su fiabilidad, seleccionando, por dos veces, al prototipo de personaje que desearía ver el espectador medio de Gran Hermano, aficionado a llamar “puta” a toda mujer que se mueva más de lo conveniente. Con el objetivo de dar siempre la razón a sus espectadores, Tele 5 nos oferta prostitutas “de verdá”, y no de boquilla, para acercarnos un poco más a ese tenebroso mundo y hacer una especie de “Telemaratón solidario” encubierto. ¿Se dan cuenta de que ser prostituta es un elemento fundamental, a partir de ahora, para participar en experimentos televisivos? ¿Se dan cuenta de que en la televisión, a partir de ahora, los profesionales (actores) pasan a ser aficionados (a prostituirse), y viceversa? Tele 5 ha dado otro paso, uno más, en convertir la TV en el poderoso instrumento educativo que todos los intelectuales orgánicos habidos y por haber habían pontificado que debía ser.

Se va otro personaje femenino, amigos. La cruzada de reivindicación de las prostitutas se cruza con la cruzada de reivindicación homosexual, que sigue abanderada por nuestro amigo Iván, sin duda el siguiente en caer. Y es una pena que se vaya Mónica, porque si al principio resultaba bastante insulsa, poco a poco había empezado a tener cierto potencial, por sus comentarios racistas y sus maniobras anti-Iván (recuerden que para nosotros Gran Hermano es como la política: “Cuanto peor, mejor”).
Vanessa

Por una vez, nos hemos equivocado. Pero reconocerán que era difícil que acertáramos en nuestra predicción, porque desaparecieron dos concursantes antes de tiempo y porque todo indicaba que Vanessa iba a ser la elegida, como finalmente se ha confirmado.

Y no de cualquier manera. Vanessa ha acaparado nada más y nada menos que el 49% de los votos, casi mayoría absoluta. Y todo por un corte de mangas y por estar buena. Su amiga Marina sigue como “tapada” del concurso, sin ninguna posibilidad de vencer, suponemos, pero deleitándonos día a día con su sabiduría.

Nos parece bien que Vanessa haya desaparecido, fundamentalmente porque no hablaba casi nada, no manipulaba como Iván ni decía tantas estupideces como Marina, líder de opinión en lo que a estulticia se refiere (sí, incluso más que Nacho “el Estulto”). Lo más interesante de Vanessa ya está puesto en miles de páginas de internet, algunas de pago, otras no, para que todos podamos solazarnos con ella. Así que su presencia en la casa no tenía mucho sentido.

Al principio, nos decepcionó que esto no fuera un auténtico Holocausto, esto es, que no aparecieran miles y miles de telespectadores enfurecidos dispuestos a tirarle huevos podridos, tomates y demás productos naturales a la pobre chica. Pero rápidamente la construcción nacional baska se cruzó en nuestro camino, y un sujeto entró en la casa de Gran Hermano para hablar de lo de siempre: acercamiento a los presos, independencia de Euskal Herria y qué malos somos los españoles. El sujeto, por lo visto, insultó a Koldo por traidor y, muy en la línea de la democracia baska, lo amenazó nada veladamente.

Incomprensiblemente, Tele 5 cortó la transmisión y no nos dejó disfrutar de esta improvisada clase de teoría política, con lo que millones de españoles seguimos sin tomar conciencia de los fascistas que somos y de cómo el tiro en la nuca es un instrumento de liberación. Esperemos que al menos Vanessa, en su navarra condición, sí haya tomado conciencia.

Posteriormente, Vanessa fue incisivamente entrevistada por el pedazo de profesional que dirige el programa, Mercedes Milá, exlusivamente interesada en saber hasta qué punto odia la chica a Silvia y está enamorada de Nacho. La respuesta a esto último es entrañable: “Sí… No… No sé… Ya se verá”. Parecía un anuncio de compresas.

A la espera de que entren más terroristas en la casa, la verdad es que la próxima semana se nos antoja divertida, si nuestro nuevo Hombre, Íñigo, sigue campando a sus anchas por toda la casa negándose a pactar. En tal caso, es evidente que los nominados serán el propio Íñigo y otro más, posiblemente Ania, que por aquellas fechas ya se habrá llevado al catre al Loco oficial de la casa.

Jorge

Decididamente los atractivos de este Gran Hermano cada vez son menos dentro de la casa. Primero se nos va la mala por antonomasia, tan mala que el público la pató a las primeras del cambio. Luego se nos va la única pareja un poco decente que había en la casa merced a una mezquina conspiración iniciada por el falsísimo Nacho, quien afortunadamente también dejó la casa esta semana por motivos ajenos a su voluntad (este era tan sátrapa que si no era por un motivo de enfermedad de un familiar no se iba ni a leches), y por fin, después de mucho dudar, mucho lloriqueo y demasiado numerito nuestro querido Jorgito ha decidido dejar también la casa de locos, que ahora lo será un poco menos sin su presencia.

El soldado Jorge era el más desequilibrado de todos los habitantes de Gran Hermano. Era el único que nos hacía cobijar la esperanza de causar una sangría si, por una de aquellas se le cruzaban los cables y recordaba sus tiempos en las trincheras (Dios mío, qué infierno) tomando a sus compañeros de piso como virtuales enemigos (no se menciona nada en el reglamento del programa de si se puede ir exterminando uno a uno a todos los contrincantes, y al fin y al cabo veinte kilos son veinte kilos).

Jorgito es un personaje lleno de contradicciones. Posiblemente su pasado traumático haya influido en su espectacular desequilibrio( joder!joder! no lloréis que me voy a casar con ella… os voy a joder a todos…), cuando no soltaba palabros como simbiosis o estulticia dejando claro que cuando él entró en el ejército profesional el coeficiente intelectual era muy superior al 75 que se pide ahora y que también nos podemos encontrar con brillantes casos de intelectuales orgánicos dentro de las fuerzas armadas.

Es una lástima el abandono de nuestro militar favorito. El que ha estado varios meses de su vida en primera línea del frente en Bosnia (no nos quedó muy claro si por aquel entonces había guerra o no, un pequeño matiz considerable) no ha podido resistir ni un mes encerrado en una casa donde su mayor esfuerzo diario era hacerse la cama y fregar los platos. Claro que las malas lenguas dicen que quizá se sintió un poco dañado en su orgullo cuando vio que Silvia se piraba con el gallego, dejando así en evidencia su role del enamorado por excelencia de Gran Hermano. También dicen las malas lenguas que Jorgito ha aguantado casi tres semanas desde que se fue su amada y sin embargo tan sólo unas horitas desde que se fue su amigísimo Nacho, al que reconoció sin pudor, y sin mariconadas, que le quería (snif). Señores, el verdadero culebrón empieza ahora.

Nacho

Marramos en nuestra última predicción, pero comprenderán ustedes que ni siquiera La página definitiva podía prever que los servicios de nuestro médico de familia serían requeridos por sus propios allegados. A Nacho, “El gran manipulador” según algunos, “El gran pringao” según otros, le ha dado tiempo a desvelar su mentalidad sexualmente abierta y a desmentirse a sí mismo con la formalización de su lío con Vanessa. Sentimos esta salida extemporánea por todos los espectadores que habían preparado un auténtico arsenal de insultos y huevos podridos para recibir a este moderno intelectual de medio pelo como se merece, pero piensen que el hombre ya ha hecho bastante el ridículo a lo largo de estos días.

A la espera de ver cuántos nuevos personajes va a tener que introducir Tele 5 en la casa, la verdad es que el “experimento sociológico” pierde interés por momentos. Aquí el sexo (“amor”) es pecado, por lo visto. Primero fue Maria José la que pagó su líbido (que no sus deseos de notoriedad, sobradamente conseguidos hasta la fecha) con la expulsión de la casa. Luego fueron Silvia e Israel los que desaparecieron del mapa, esta vez gracias a la acción de sus propios compañeros. En el caso de Vanessa y Nacho el propio Todopoderoso parece haber sido el encargado de enviar su rayo purificador, en forma de serios problemas de salud para el padre del Ricardo Bofill de Gran Hermano.

Por eso seguimos pensando que los siguientes en caer serán Iván e Ismael, que están pecando también, y para más inri en una relación de corte homosexual, a no ser que Marina la Sensible decida entretenerse con Jorge, con quien tiene una simbiosis cada vez más acentuada, y no tenga que decidir por enésima vez si se va o se queda (si le dejan al público, no dudamos lo más mínimo de que la sacarán de dudas).

Silvia / Israel

Vamos a dejar esto del Periodismo Independiente y nos vamos a dedicar a la videncia, a la vista de nuestro nuevo éxito. Miren un poco más abajo y verán que ya sabíamos que Silvia iba a dejar el programa justo el día en que Maria José lo hizo. ¿Suerte, capacidad analítica o es que el Gran Hermano es un fraude que sigue un guión preestablecido (el nuestro)? Ustedes deciden.

A la espera de ver a quién meten en la Casa del Gran Hermano ahora, la verdad es que el programa ha perdido bastante gracia. Con los antecedentes con los que contamos (pelotas de tenis, cartas y público vitoreando a Silvia e insultando a Vanessa y Marina), habría sido divertido que Silvia permaneciera en la casa, pero, al parecer, Tele 5 no le ofreció suficiente pasta (o no le ofreció nada, quién sabe). Pero ahora tendremos que conformarnos con ver a la nueva parejita saliendo en las portadas de las revistas y los programas culturales de mayor calado de nuestras televisiones (espectacular María José intentando abrazarlos en el plató para chupar cámara; ahora nuestra sevillana tendrá que chupar otras cosas –chupar rueda de Silvia e Israel, no sean malpensados- para acaparar más protagonismo y dinero).

A la espera de ver cuál será la siguiente “manipulación”, de los concursantes o de Tele 5, la verdad es que habrá que seguir atentos a Silvia e Israel a ver cómo se toman lo de su fama repentina. Esperamos ansiosos que Israel nos regale los oídos con sus recetas infalibles para tratar a los animalitos, y que Silvia siga pontificando sobre lo divino y lo humano como cualquier periodista de tertulia radiofónica o como nosotros mismos. Mientras tanto, nosotros volvemos a mojarnos:

Los siguientes nominados deberían seguir el hilo decisorio establecido hasta el momento, tanto por el público como por los concursantes, a saber, las relaciones sentimentales, y por tanto la Cuadrilla de los Pringaos (Nacho, Vanessa, Marina y Jorge) deberían nominar a Ismael e Iván, en castigo por la filosofía gay que los anima a formar pareja estable en la casa del Gran Hermano, o a Iván y Jorge para separar unas parejas y reunir otras (fuera del concurso, claro). Vamos encaminados hacia un final en el que el ganador será o Ismael o cualquiera de los filósofos de cafetería que forman dicha cuadrilla. Especial predilección tenemos por Marina, que sigue teniendo claro que se “encontrará a sí misma” mucho mejor dentro de la casa que fuera (nosotros queremos que se “encuentre”, pero a ser posible perdiéndola de vista al mismo tiempo).

María José

La capacidad predictiva de “La página definitiva” no tiene límites. Tocamos a María José con nuestra varita mágica y el efecto fue instantáneo: eliminación de la primera concursante de Gran Hermano.

La verdad, nuestra predicción no tenía mucho mérito: si bien María José había demostrado un arte y un saber estar inigualables, había cometido el pequeño error de ser el personaje antipático del grupo; sus pretensiones claras de trincar toda la pasta “para su hija” (¿?) y sus enfrentamientos con otros personajes le han enajenado el odio de los espectadores. Algo incomprensible, pues María José era quien sazonaba Gran Hermano con un salero sevillano que le hacía ganar muchos enteros al programa, y ahora la única ventaja es que su desgraciado novio aragonés, Jorge, lloriqueará durante unos cuantos días.

María José ha demostrado que sabe ganar con holgura, y consiguió un impresionante 28% de los sufragios del público, a más de 15 puntos porcentuales de distancia de Ania, la siguiente en las antipatías de los espectadores. El proyecto de María José ha convencido a España de manera palmaria; ni siquiera Felipe González consiguió en sus mejores tiempos diferencias comparables a las de esta sevillana universal. El sentido de los votos dice bien a las claras qué clase de país es España, y el futuro que la condición femenina tiene en nuestra bella tierra mediterránea: los cinco concursantes más votados son las cinco mujeres.

La raza bética de María José se manifestó bien a las claras en su despedida, típicamente sevillana: lloros, desesperación, deseos de notoriedad y un apoteósico final ya en el estudio del programa. En Tele 5 cometieron el grave error de dejar hablar a María José con sus excompañeros una vez había visto sus interioridades, y esta se explayó atacando a quienes a ella le habían vilipendiado en secreto a lo largo de sus diez días de estancia. De esta manera, María José ha garantizado que la siguiente en irse sea otra mujer, concretamente Silvia, para que el porcentaje de andaluces siga bajando en la mayor medida posible.

Desde aquí pensamos que el Gran Hermano viene a ser como la cárcel: redención de penas por el trabajo, sueldo diario y la promesa de una libertad futura en un plazo determinado. Las únicas diferencias notables son que los concursantes pueden irse voluntariamente y que el sexo que se practica por el momento, a diferencia de en la cárcel, es heterosexual. Sin embargo, el público español es capaz de muchas cosas, y cuando haya exterminado a las cinco mujeres del programa asistiremos a unos curiosos desviacionismos entre los cinco machos hispánicos que aumentarán el paralelismo con la prisión hasta límites inconcebibles, que convertirán definitivamente España en un país moderno, en el que la opción sexual no sea material de discriminación.translation to italian from englishбатареи отопления радиаторы


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