Isabel Gemio
Humor se escribe con G
Fue el último programa cometido por Isabel Gemio, como siempre, un auténtico lujo para nuestras retinas. Naturalmente era necesario grabarlo, ya que a la misma hora se emite el experimento sociológico GH-2001, lo que obliga a cualquier ciudadano mínimamente instruido a conectarse a Tele 5.
Precísamente por esto, es posible que muchas personas no hayan visto el programa de la Gemio en su integridad, así que desde esta página, siguiendo con nuestra política de llenar las lagunas intelectuales de nuestra ciudadanía, vamos a explicar brevemente de qué va el asunto.
De Isabel Gemio se sospecha que es periodista. Es más, corre el rumor de que incluso llegó a obtener el correspondiente título universitario. Sea cierto o no, no insistiremos en un aspecto tan trivial puesto que la faceta más destacada de Isabel, como todo el mundo sabe, es la de humorista. Sus programas son un excelente ejemplo de humor inteligente. Hasta tal punto es inteligente el tratamiento que de ello hace, que algunos telespectadores menos avisados son capaces de creer que ella es así.
No amigos, no. Isabel no es como se muestra en sus programas. Vamos, no hay nadie que pueda ser de esa forma. IG, en realidad, es una de las mejores humoristas que ha dado nuestro país, capaz de perpetrar unas entrevistas que harían enrojecer de vergüenza al mismísimo Cantinflas y de envidia a Pedro Ruiz, y todo ello sin perder la sonrisa y con una rosa en la mano. Genial.
Nos encantaba verla bajar las escaleras en su anterior programa “Sorpresa, Sorpresa”, mientras jugaba con la ansiedad de los espectadores más cercanos. Con su rosita, ora en la mano, ora en la boquita. Sin embargo este programa resultaba excesivamente frívolo y no daba oportunidad a nuestra estrella de sacar en su máximo esplendor su vena humorística.
La oportunidad llego con este último programa “Noche y día”, en el que, en un alarde de originalidad, Isabel mezclaba sabiamente entrevistas y actuaciones musicales con algún que otro testimonio humano de indudable interés.
Para las hemerotecas quedan las múltiples entrevistas que cometió a lo largo de las siete emisiones de su programa, en las que demostró cómo se pueden pulverizar todos los códigos éticos habidos y por haber sin perder la sonrisa (y con una rosa en la mano). Sin embargo, nosostros nos quedamos con una entrevista, absolutamente impagable, que realizó a Rocío Jurado. Al principio Rocío le pidió a Isabel que, por favor, no le preguntara nada sobre los temas más escabrosos de las relaciones de su hija con el guardia civil, con demandas judiciales incluidas, etc, etc. Vamos, le dijo que quería hablar solamente de “cosah bonitah”. Y nuestra Isabel le contestó: Por supuesto, por supuesto, Rocío, no te preocupes que vamos a hablar únicamente sobre temas agradables. Vamos a ver, Rocío: ¿Qué pasa realmente entre tu hija y su exmarido, que hemos leído que la ha denunciado?.
¿No es sensacional?. Lo dicho, Isabel Gemio es la mejor humorista que ha dado este país, y el hecho de suspender su programa tan solo demuestra la estulticia de los programadores televisivos, incapaces de reconocer la calidad cuando la tienen en sus narices.
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