Capítulo 0: F.A.Q. ¿Para qué una Historia del Resto del Mundo?
1. ¿Para qué una Historia del resto del mundo? Es posible que Usted no lo sepa, pero el Mundo no se compone únicamente de España. Sí, es cierto, cualquier observador imparcial concluirá rápidamente que España no sólo es lo mejor del mundo, sino probablemente la única parte del mundo que merece la pena. Pero en cualquier caso es propio de nuestra grandeza, como españoles, reconocer que ahí fuera hay gente que, con sus dificultades e insuficiencias, con la ancestral tara de su nacimiento, ha intentado contribuir como buenamente ha podido a los distintos avatares históricos que han configurado la historia de nuestro mundo. Y aunque no podemos menos que observar que lo han hecho siempre en función de lo que se cocinaba en España, faro intelectual y político del planeta, la fastidiosa situación en que nos encontramos, rodeados de envidiosos extranjeros que osan no ser españoles, así como las consecuencias que para nuestro país tiene esta insólita situación, nos obliga a ofrecer una respuesta rápida y contundente a nuestros lectores, de la que este proyecto es muestra. Finalmente, hay que señalar que el efecto coordinado de sucesivos Planes Generales de Educación en nuestro país ha sido contundente en sucesivas generaciones: no existe, hoy por hoy, ni un solo español que, remitiéndose a lo aprendido en sus años escolares, tenga la más mínima idea de lo que ocurrió en el mundo a partir de la fascinante Edad Media, o incluso de la caída del Imperio Romeano, por la sencilla razón de que el Plan de Estudios solía terminar en algún lugar entre esas dos épocas. Ignoramos si en algún momento lograremos cruzar el Rubicón y llegar al Renacimiento, pero garantizamos de origen una cosa: con la Historia del Resto del Mundo, al menos, primará lo importante, y Usted sabrá lo que tenga que saber sobre el mundo: No más prehistoria. Egipcios y Sumerios son accidentes históricos menores sin la menor importancia para Usted.
2. ¿De cuántos capítulos versará? El número de capítulos de la Historia del Resto del Mundo no está predeterminado. La Historia se configura día a día, en función de los acontecimientos históricos, el tiempo libre de los redactores de LPD y sus ingresos económicos. Auguramos un número de capítulos en cualquier caso superior a 100 e inferior a 10.000.
3. ¿Historia del mundo o Historia de Occidente? Fundamentalmente lo segundo. En realidad, no nos engañemos, la Historia del Mundo, o al menos la Historia que realmente importa, es la Historia de Occidente y las distintas maniobras que los demás, envidiosos de que España formase parte de Occidente, han llevado a cabo para disputarle la supremacía, con el éxito por todos conocido. La Historia la escriben los vencedores, y nosotros haremos honor al dicho. Por eso las eventuales referencias a los auténticos desgraciados que no forman parte de Occidente serán sucintas, esporádicas y partiendo de un compromiso claro: mírenlos qué pena dan, no es que no sean españoles, es que ni siquiera forman parte de Occidente.
4. ¿Habrá excepciones a la regla? Aunque nuestro compromiso, como hemos indicado anteriormente, es taxativo, nuestras profundas convicciones democráticas, nuestra flexibilidad y vocación dialogante con otras culturas, por absurdas y/o subdesarrolladas que puedan parecernos, nos llevará a prestar particular atención a tres civilizaciones que escaparán parcialmente al severo juicio común a los no-occidentales: por un lado el mundo musulmán, por su condición de enemigo histórico de Occidente pero sobre todo por el indudable privilegio que alumbró a esta civilización a lo largo de ochocientos años, durante los cuales España formó parte de su civilización, o mejor dicho, su civilización adquirió el carácter de tal por el beneficioso influjo de España (es preciso aclarar, a neoconservadores gobernadores de Florida o presidentes de EE.UU. fundamentalmente, que esta decisión se ha tomado con total autonomía de eventuales amenazas terroristas en caso de no encontrar acomodo al Islam en este proyecto). Por otro lado, China. A diferencia de las demás civilizaciones, pálido reflejo impotente de la gloria Occidental, China se ha significado históricamente por un grado de civilización muy superior al de Occidente hasta, por lo menos, el Renacimiento, y probablemente más allá. China, por su grandeza, nos recuerda por momentos, si bien sólo en algunos aspectos, a España. Por ese motivo China recibirá un tratamiento especial en esta Historia, haciéndose acreedora, al menos, al 0’1% del número total de capítulos. Y por último, las civilizaciones precolombinas. No es que creamos que dichas civilizaciones tengan algo de interés (de hecho, no lo tienen), pero nuevamente la salvífica influencia española, que en sucesivas oleadas garantizó la exterminación de dichas civilizaciones y su sustitución por otra civilización infinitamente más avanzada, no en vano era española, requiere de un grado especial de atención por nuestra parte que intentaremos coordinar en la medida de lo posible con la propia Histeria de España.
5. ¿Afectará la Historia del Resto del Mundo a las actualizaciones de la Histeria de España? En absoluto. Podría pensarse que un proyecto de estas características interferirá inevitablemente en el devenir de las actualizaciones de la Histeria de España. Naturalmente, es lícito que así opinen Ustedes (sin perjuicio de que, en tal caso, desde la autoridad moral que me confieren mi cabeza, bien alta, y mis manos, limpias como una patena, serán Ustedes unos miserables, pancarteros, insolventes, traidores); pero para conjurar ese peligro adquiero desde ahora el compromiso público de no actualizar un solo capítulo de la Historia del Resto del Mundo sin actualizar un número al menos equivalente de capítulos de la Histeria de España. Lo primero es lo primero (España lo único importante. Aclaro, para salvaguardar la integridad de la promesa de posibles denuncias de incumplimiento por parte de Libertad Digital, que las F.A.Q., por tener un carácter introductorio y genérico, no forman parte de la Historia del Resto del Mundo propiamente dicha).
6. Sólo leo libros de Pío Moa, Javier Tusell, Fernando García de Cortázar o César Vidal. ¿Qué puedo hacer? No se preocupe. La Historia del Resto del Mundo abarca un ámbito radicalmente diferenciado del propio de estos eximios historiadores. Sin embargo, cierto es que resulta difícil entender cualquier aspecto propio del Resto del Mundo sin un sólido conocimiento de las características fundacionales y evolución de España y su circunstancia, algo que dichos historiadores garantizan (la ignorancia más absoluta, no lo del “sólido conocimiento”). Así que, recomendación previa a la iniciación en la Historia del Resto del Mundo, háganse un favor a Ustedes mismos y aprendan lo imprescindible sobre España echando un vistazo a nuestra Histeria.
7. ¿Es recomendable colaborar económicamente con la Historia del Resto del Mundo? Situándonos en un plano moral, sin duda. Pragmáticamente, como siempre, la firme creencia de LPD en la Sociedad del Conocimiento pondrá a su disposición todos y cada uno de los capítulos de la Historia del Resto del Mundo (aunque luego no se extrañe de recibir un SMS en el móvil “¿Usted de rositas? ¿Lo llaman óbolo y la cuenta corriente de Usted para otro lado mirando?”, etc.)
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