Paco Roig
ANÁLISIS PRESIDENTES
Gente del pueblo para el pueblo
Como todos los aficionados al fútbol saben se ha producido en los últimos años un indigno desembarco de intelectuales y elites culturales en nuestros estadios. El fútbol, deporte de arrabal y de gente humilde, ha presenciado como algunos “catedráticos” invadían una de sus señas de identidad. Incluso, aunque esto pueda parecer increíble, algunos llegaron a lugares tan aparentemente imposibles de contaminar como son las Presidencias de los clubes. Ese fue el caso del Valencia tras su paso por Segunda División, que pasó a ser dirigido por gentes responsable y serias. La cosa, al principio, prometía ser efímera pero sorprendentemente empezó a tomar visos de perdurar. Cuando la preocupación embargaba a más de un aficionado alguien, afortunadamente, acudió al rescate.
Ese hombre era Paco Roig. Roig, si atendemos a su trayectoria profesional estaba predestinado a presidir un club de fútbol. Hijo de empresarios de cierto éxito tras montar el correspondiente follón en la empresa familiar Paco se independizó. Y decidió montar un negocio de esos en los que la calidad humana te permite marcar la diferencia. Asociado a Obiang, un simpático dictador guineano asociado a las estructuras franquistas, Roig se dedicó al negocio maderero, obteniendo pingües beneficios tanto para él como para el cacique africano. Sorprendentemente el acuerdo entre ambos hombre, a pesar de su espíritu conciliador y transigente, así como de la acrisolada honradez de ambos, acabó pronto y mal. Paco huyó del país y, una vez repuesto del susto, emprendió otras vías.
Tras estas veleidades Paco se dedicó a lo que es claramente la actividad que mejor prepara para dirigir un equipo de fútbol: la promoción inmobiliaria. Y si no vean los notorios ejemplos de lo que les comentamos (nuestra sección de Presidentes parece una feria del ramo de la construcción con Núñez y Pérez, pero es que además gentes de la calidad humana de Lorenza Sanz, Gil o Lopera saben de los pingües beneficios que pueden obtenerse de una recalificación de terrenos a tiempo). Los éxitos de Paco en este terreno han sido muchos, hasta el punto de que es una de las pocas personas que puede presumir de haber sido juzgado en su propia casa (la Administración de Justicia le alquila algunos locales). Con estas credenciales el desembarco estaba cantado.
Aprovechando la transformación del Valencia en SAD Paco Roig se introduce en su Consejo de Administración y, paciente, aprovecha la primera crisis deportiva (el Valencia andaba séptimo en la tabla, algo inaudito tras años de buenas campañas) para lanzar una brutal campaña de desestabilización que finalmente triunfa. Para ello empleó una gran cantidad de dinero en propaganda y compra de acciones, pero daba igual, él sabía que si lograba convertir al Valencia en un negocio rentable el dinero habría sido bien empleado.
Ese fue, en consecuencia, su primer cometido y rápidamente, como en casi todo lo que acomete en esta vida, Roig logró su objetivo. Por medio del sencillo procedimiento de adjudicarse un sueldo del 1% del Presupuesto del Valencia, el dinero comenzó a fluir generosamente. Mientras tanto, además, paco lograba que el Valencia por fin fuera tratado con un grande y sus actuaciones rivalizaban con monstruos como Mendoza, Núñez o el mismísimo Jesús Gil. El rojiblanco, desesperado, empezó incluso a copiar las maneras de esta joven promesa del presidencialismo futbolístico, y así tras el intercambio de golpes de Roig con Penev, Gil no tuvo más remedio que recurrir a la violencia con Caneda para no quedar definitivamente desplazado. Mientras tanto, por supuesto, el endeudamiento del Valencia aumentaba de manera galopante y los éxitos deportivos no llegaban (es más el Valencia se hundía en la tabla), pero se fichaba a trabajadores responsables y respetuosos con su club como Romàrio.
Finalmente la bella historia de quien fue llamado el Berlusconi valenciano acabó como había empezado, con malos resultados que obligaron a un cambio en la Presidencia. Con una diferencia, Roig ya había logrado por medio de una ampliación de capital que ha llegado incluso a ser considerada ilegal por los tribunales hacerse con un paquete accionarial que transformó al Valencia, equipo que contaba con un capital social muy repartido entre los aficionados, en casi un cortijo. Así que la retirada a los cuarteles de invierno esperamos que no sea definitiva. Entretanto Roig ha encontrado acomodo en la Federación Española, donde sus buenos oficios seguro que contribuyen a que el buen ambiente reine en las concentraciones.
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