Historia de España en el siglo XX – Javier Tusell & Asociados
Javier Tusell es, según mandan los cánones, un historiador de prestigio. Quiere esto decir que cuando se pone a tiro algún tema fácilmente vendible, que pueda configurarse sin excesivo trabajo y, sobre todo, con nula investigación, ahí está Tusell, el Hombre de España en la Historia Contemporánea, para explicarnos cómo fueron las cosas y dejarnos mucho más confusos que antes de leernos sus obras.
Esta Historia de España en el siglo XX es el paradigma de los modos de actuar de Javier Tusell: publicado conforme se acababa el siglo, para aprovechar el tirón comercial de las revisiones de lo que ya es el siglo pasado; publicado en el momento en que se celebraban los fastos de los 25 años de paz democrática, por aquello de reformular lo que fue el caminar de nuestro país por el siglo; publicado con el respaldo de un gigantesco grupo editorial que le dio su apoyo publicitario para vender cuatro tomos de Historia que, así a primera vista, impresionan bastante; en suma, publicado lo antes posible, de hecho existen sospechas más que fundadas de que el plastrón se escribió en tres meses, es decir, todo como muy científico.
¿Y cómo puede Tusell escribir tanto? Muy sencillo, porque él sólo hace una parte de lo que firma, básicamente podríamos decir que, como es muy común en el mundo universitario, Tusell, el catedrático, “coordina” (tú esto, tú esto, tú lo otro, …) y los demás, los meritorios, escriben.
Y escriben, por cierto, muy mal. En el plano formal, el estilo resulta muy poco ágil (y además esquizoide, como corresponde a una obra elaborada por 20 autores, aunque sólo la firme uno), plagado de faltas sintácticas, argumentaciones equivocadas y contradictorias, discursos que se cortan virulentamente a la mitad… El estilo de producción de textos científicos de Tusell, basado en el afamado modelo Ana Rosa Quintana, juega estas malas pasadas (como también le ocurrió a la propia Ana Rosa).
Pero lo más preocupante es que lo que resulta poco atractivo en la forma, lo es aún menos en el fondo. Lo mínimo que se le puede pedir a una obra histórica es un poco de coherencia, especialmente cuando se trata de un supuesto resumen del siglo, es decir, una reformulación de lo vivido a lo largo de 100 años de la historia de un país. Pero claro, como son 20 autores, la cosa no funciona muy bien. Y si a ello añadimos que la obra no resulta novedosa desde el punto de vista de la investigación (porque aquí no ha habido investigación alguna, sólo escritura), podemos darnos con un canto en los dientes.
Porque además, de haber novedades, estas serían negativas, manifiestos errores de juicio de los historiadores en ciernes que son los padres de la criatura: la tesis central del libro de Tusell, que otorga al catolicismo una importancia desmesurada en la evolución de la sociedad española a lo largo del siglo (Tusell, claro, es católico), que tiene cierta razón de ser en los años duros del franquismo, se convierte en una ingenuidad absoluta cuando entramos ya en la Transición democrática. Asumir que los políticos reformistas del régimen evolucionaron hacia la democracia porque eran católicos (a grandes rasgos, eso es lo que se dice en el libro), además de una estupidez, constituye la muestra patente de un desconocimiento agudo de las esencias de la religión católica.
En resumen: si Ustedes quieren saber cosas de la Historia de España, sintiéndolo mucho por Tusell (que, por otro lado, nunca nos pagó por que le hiciéramos una buena crítica, y ahora pasa lo que pasa), dediquen su tiempo a otros estudios, otros autores; o, mucho mejor, tengan paciencia y esperen un par de añitos hasta que nuestra Histeria de España llegue a la época contemporánea.
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