Agenda Setting – David Protess y Maxwell McCombs
Este libro deriva de la aparición de un artículo, allá por los años 70, de ambos autores en la afamada revista Public Opinión Quarterly (de la que Usted no ha oído hablar en su vida y yo, si no fuera por las cosas que tuve que estudiar en mi carrera, tampoco). En este artículo se sentaron las bases de lo que hoy es la principal teoría en el estudio de los efectos de los medios de comunicación de masas.
Tras una primera fase en que el estudio de los medios ofrecía una visión muy negativa de la gente, fácilmente manipulable por unos medios de comunicación omnipotentes (no en vano estamos hablando de los años 30, es decir, del Fuhrer), los estudios americanos (los estudios sobre los medios de comunicación de masas están, como tantas otras cosas, totalmente dominados por las universidades americanas) llegaron a conclusiones opuestas a partir del estudio fragmentado de las audiencias, afirmando que, en realidad, la gente es muy lista y no es tan fácil engañarle. No es preciso destacar que estos estudios fueron pagados por la Administración americana, es decir, por los impuestos de la gente: y nunca es bueno llamar estúpido al que te paga.
O al menos, hacerlo claramente. Mientras en Europa la estupidez de la gente (aspecto este en el que siempre han estado de acuerdo todos los científicos sociales; ¿cómo creen, en caso contrario, que justificarían su existencia y su sueldo?) se revestía de una gruesa capa de marxismo y alienación, en EE.UU. todo era distinto: si de algo no se podía revestir la estultucia del cuerpo social era, precisamente, de dialéctica marxista: era preciso inventarse algo, porque tampoco era cuestión de poner bien a la gente y todo.
Entonces surgió la Agenda Setting. Básicamente, la teoría es una vuelta a la consideración de los medios como todopoderosos, pero en este caso no porque manipulen a la gente sino porque marcan la “agenda” de temas sociales, es decir, en un mundo en que toda la información nos llega a través de los medios, son éstos los que deciden la percepción de la realidad social que tiene la gente. Por tanto, se consigue la cuadratura del círculo: la gente es manipulada por los medios, pero en apariencia no porque sea estúpida (y en la práctica justamente por eso, porque sólo un gilipollas de pro, dirían los científicos sociales, podría tragarse todo lo que dicen los medios de comunicación, por ejemplo esta Página).
La teoría, hay que confesarlo, es sugestiva. La homogeneización de los medios, el desarrollo de los mismos y la masificación de la sociedad han comportado consecuencias en principio muy negativas: todo el mundo tiene acceso a mucha información, pero esta información es siempre la misma: vivimos en un mundo en el que estamos desinformados por el exceso de información, esto es, vivimos en una realidad que nos es suministrada por los medios y somos incapaces de ver más allá de ellos.
Por fortuna, la Agenda Setting olvida un concepto fundamental en su formulación: el pluralismo, la existencia de proyectos periodísticos contrapuestos con informaciones diferentes. Aunque bien es cierto, podríamos decir, que la práctica nos demuestra día a día que la inmensa mayoría de los medios de comunicación ofrecen un discurso homogéneo, castrante y falocrático, en suma, una porquería de información que les tiene a Ustedes manipulados; o, mejor dicho, a toda la población salvo a Ustedes, porque afortunadamente aún existen islotes de información de calidad, verídica y tratada con seriedad, que vivifican la función pública de la prensa. Naturalmente, estoy hablando de La Página Definitiva, porque, en efecto, aquí quería llegar (como ven, incluso nosotros manipulamos cuando podemos).
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