Patetismo institucional

España aburre en la Eurocopa mientras Raúl tira del carro

Primera Fase. 3er partido. España 0 – Portugal 1: Jornada de eliminación

España está ya donde acaba las fases finales de Mundiales y Eurocopas: viendo por la tele los últimos encuentros del torneo y disfrutando con la capacidad competitiva de alemanes, italianos, franceses…

Con una eficacia desconocida (o bueno, no tanto, basta remitirse al Mundial de Francia’98, con el Más Listo de la Clase en plan figura estelar) España ni siquiera ha superado la Primera Fase, demostrando el verdadero nivel del fútbol de la selección.

Frente a Portugal jugaron todos los niños mimados de la prensa española. Baraja, culpable de todos los males de la selección, desapareció de la alineación para dar paso al pre-madridista Xabi Alonso, el Redentor. Y el malvado vascón Etxeberria dio paso a esa perlita tan publicitada y mimada como Joaquín. Pero ni así. Tampoco el Niño Torres, tan querido por la prensa capitalina como inmaduro como futbolista, faltó a la cita.

A pesar de todo esto, o precisamente por ello, España fue ridiculizada por Portugal. Una selección por demás flojita, carente de poder rematador, pero muy superior a la española.

Queda sólo la tradicional búsqueda de culpables. El seleccionador está ya cesado, pues su renovación no lo fue nunca (sino más bien un pacto de la indemnización a recibir en caso de ser despedido tras el previsible fracaso). Queda significar en algún jugador los males nacionales. Obvio es que El Que Tira del Carro ha dado una lección de pundonor y de capacidad de liderazgo. Además, si esta vez ni siquiera ha fallado un penalti, sería ridículo ensañarse con alguien de su categoría.

LPD se aventura en señalar como responsable del fiasco a Vicente. A fin de cuentas ha sido el único fijo de Sáez de medio campo para arriba. Ha jugado todos los minutos, luego es más responsable que nadie. Es un gañán, un leñero, un incompetente (pues no ha logrado impedir que España recibiera dos goles), se borra de los grandes partidos y es incapaz de organizar debidamente el juego ofensivo de la selección (puesto que España ha marcado sólo dos goles y ha creado poquísimas ocasiones) y además era el niñito mimado de Saéz sin que hubiera razón futbolística alguna para ello.

Junto a la búsqueda de culpables, LPD aporta también soluciones. Camacho de seleccionador, YA. Que vuelva Camacho. Todos con Camacho. Pero, para que no se aburra y desaparezca repentinamente, garanticémosle la compatibilidad con su puesto de entrenador del MEMYUC (esto es algo que ya se ha hecho en otras ocasiones y otros deportes con entrenadores de este club, ¿acaso el fútbol es menos importante?) y de comentarista de la SER (podría hacerlo desde el mismo banquillo, imaginen qué gozada escuchar los mismos gritos de aliento en antena que el seleccionador-comentarista está propinando a los esforzados chavales). Y ya está.

La Eurocopa sigue. Sin España. Como era de prever a partir de este punto.

Jornada de decepción. Primera Fase – Partido 2º: España 1 – Grecia 1.

La selección española ha empatado su segundo partido de la primera fase. Haciendo abstracción de la talla de los rivales a los que se ha enfrentado el equipo (que conviene funcionar así, pues hay que recordar que con una trayectoria de encuentros contra Eslovaquia, Paraguay, Sudáfrica, Irlanda y Corea del Sur la selección española pudo garantizarse el pase a semifinales de un Mundial por primera vez en medio siglo), la cosa no está mal. Una victoria y un empate. Suficiente como para que la cosa estuviera encarrilada, a falta de sumar un puntito más en el último partido, si no estuviéramos hablando de España.

El “problemilla” reside en que España se enfrenta a Portugal, que o gana o se va a la calle (hay alguna ínfima posibilidad de que no sea así como también la hay de que España pierda por 2-1 y se clasifique, a pesar de todo). Y no es que Portugal sea un gran equipo (sus mejores jugadores están en franca decadencia, muchos han pasado ya a ser suplentes, y además son una selección eminentemente ibérica, no lo pueden negar, proclive a comportarse de manera españolamente antidestructiva). Pero es el anfitrión, con todo lo que ello conlleva y, sobre todo, se enfrenta a una España que ha demostrado (y aquí sí importa la talla de los rivales a los que se ha enfrentado) un nivel de juego ciertamente bastante pobre.

España salío contra Grecia demostrando que es un equipo grande. Que no se arredra ante el pavoroso poderío helénico: Sáez escondió la alineación, anunció cambios y, finalmente, alineó a los héroes de la victoria contra Rusia. ¿Jugó Baraja, para mandar en el centro del campo como en el primer partido? Sí, jugó. ¿Tiró del carro Raúl durante 80 exitosos minutos, como viene haciendo desde el Mundial del 98? Sí, con los resultados habituales desde que se le concedieron los máximos galones en la selección.

Cumplido el expediente rabiosamente español de poner a parir a un par de jugadores, queda el trámite de culpabilizar a los componentes no madridistas de la defensa del gol encajado por España para poder equiparar esta crónica, con todo derecho, a la de cualquier medio deportivo. Como desgraciadamante es complicado, y el gol llegó más o menos por la izquierda del ataque heleno, hemos concluído que el problema debió de ser de la banda derecha española: Puyol y Joaquín. Adicionalmente, apuntamos otra hipótesis: ¿dónde estaba Albelda, ehhh? ¿Acaso no es su función tapar todos los pases del medio campo rival y, adicionalmente, ayudar a los centrales cuando se les escapa un delantero? ¿Dónde estaba?

Más allá de ajustes (de cuentas) y desajustes (defensivos), España demostró ante Grecia, más o menos, las mismas carencias y problemas que frente a Rusia. El equipo no posee capacidad de generar peligro, con unos delanteros extraordinariamente estáticos, que no son capaces de desmarcarse ni de aprovechar las contadas ocasiones en que cuentan con ventaja respecto de la defensa. El centro del campo no es que esté tampoco especialmente lúcido, y la labor de los extremos (no está muy claro si por su culpa o por la de los delanteros) es más desalentadora que otra cosa: es complicado encontrar un equipo que haya centrado tanto para rematar tan poco.

El caso es que las cosas han quedado en la clásica situación que despierta todos los fantasmas de la selección: partido decisivo que se afronta en situación precaria, por la condición psicológica del grupo, el pim-pam-pum mediático y, sobre todo, el riesgo de una rápida eliminación frente al anfitrión que, como consecuencia positiva, permitiría a Raúl disponer de tiempo de descanso este verano, para comenzar a afrontar su labor de tirador oficial del carro para la clasificación para la Copa del Mundo de Alemania y posterior eliminación a las primeras de cambio.

Jornada de reflexión. Primera Fase – Partido 1º: España 1 – Rusia 0.

España comenzó su andadura en la Eurocopa con los mejores augurios. Mariano Rajoy en el palco ¡en una jornada de reflexión! (y, la verdad, desconocemos exactamente en concepto de qué, porque históricamente el tal palco era el “palco de autoridades” y no disponía en ocasiones como ésta de espacio para diputados de a pie, mientras que ahora esos espacios están masivamente copados por los emisarios e invitados del poder empresarial, y sería feo que Rajoy hubiera ido como tal -feo, aunque honrado, eso sí-). Y María Teresa Fernández de la Vega, Vicepresidenta 1ª del Gobierno, aprovechando para meter la cuña del ZPismo militante: Zapatero no se equivoca nunca, ni en el fútbol. Él sí que sabe. Él ya lo dijo. Ésta es la selección de todos los españoles y Valerón será decisivo. Ahí quedó y …

El caso es que Valerón fue decisivo y desatascó un partido que puede calificarse tranquilamente como reciamente español: infame. La verdad es que no está claro si ZP, al augurar tanta incidencia valeronista, lo hacía necesariamente en positivo, ya que también podía temerse lo peor (teniendo en cuenta el historial del canario). Nosotros, hasta no tener más datos, “no descartamos ninguna posibilidad”, pero sí hemos de señalar que, por el momento, y a pesar de que jugó tan mal como el resto del equipo, es cierto que el “deportivista que se borra” metió el gol de la victoria.

España demostró que es un equipo construido en torno a la solidez en el centro del campo de los antiespañoles jugadores del Valencia, con el añadido de Etxeberría (qué vamos a decir sobre este dato). Y eso lo convierte en desagradable, bronco, antifútbol, patético… Mientras Baraja no fiche por el Madrid, y dado que Xabi Alonso puede hacerlo, ¡que pongan al vasco!. La actuación de Vicente en el primer partido, por ejemplo, fue una deshonra para el fútbol español, que no ha mantenido unas constantes vitales desde hace 60 años en Mundiales y Eurocopas que lo han hecho reconocible para que se pongan en cuestión así como así por culpa de jóvenes ególatras. ¡Que se largue a jugar con Holanda, por favor!

En cambio, la defensa y la delantera dieron muestras de ser lo que toda España espera de su selección. Afortunadamente. La sobriedad de nuestra madridista zaga y el buen hacer de Raúl Bravo y el equipo arbitral se bastaron para desarmar a los rusos. Y la delantera demostró que a españoles de verdad, cuando se ponen a jugar como españoles, no les gana nadie. Morientes y Raúl tiraron del carro a dúo y la cosa se notó. La parejita garantizaba un 0-0 eterno así hubiera durado el partido 2311 minutos.

Y sin embargo, al final, España 1 – Rusia 0. Putas consecuencias de las posibilidades que el fútbol moderno da a los entrenadores, con la mariconada esa de los cambios. ¿Alguien da más? El partido dejó claro que Rusia es una selección tan chunga que ni siquiera pudo ganar a esta España. Ni empatar. Aunque, eso sí, estuvo a punto: pudo adelantarse en los 20 minutos finales de la primera parte, único momento del partido en el que se vio a uno de los dos equipos netamente superior, y sólo perdió como consecuencia de una jugada puntual y desafortunada. Y es que ocurre que el partido también demostró que España es una selección tan chunga que ni siquiera puede asegurarse ante una panda como Rusia una superioridad, al menos, evidente.

La Eurocopa promete y el nivel de nuestro fútbol se resume en dos palabras: Grecia asusta.госзакупки украиныдизайн радиаторы водяные


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