Día F: Dios entra en el conflicto con una tormenta de arena y amenazas de excomunión
LA ACCIÓN HUMANITARIA CONJUNTA, AL DÍA
Avance de las tropas de liberación: A las puertas de Bagdad por quinto día consecutivo. Todo va bien, los marines están tan cerca de la capital y su siniestro tirano que un poco más y también dejarán de largo Bagdad. Una terrible tormenta de arena ha ralentizado momentáneamente la conquista de más territorio desértico. En el sur, Um Qsar ha sido liberado por vigesimoséptima ocasión, con las previsibles escenas de enorme felicidad por parte de la población, sin duda aliviada ante el final del tiovivo de conquistas de puerto al que han asistido durante cinco días. Bush, por su parte, anuncia la llegada inminente de la ayuda humanitaria, consigue 80.000 millones de dólares del Congreso para pagar la guerra (pues la paz la pagará el petróleo “patrimonio del pueblo iraquí”) y, lo más importante, ¡reparte los primeros contratos! A dos empresas estadounidenses, por supuesto. Mientras tanto, en Basora, la Coalición anuncia que va a efectuar una intervención de carácter Humanitario (inútil redundar en ello, pues ¿no es toda la operación de un humanitarismo irredento?) para evitar una catástrofe, así que los británicos (siempre los británicos, por cierto) “van a entrar”. Curiosamente, aún no han aprovechado la rutilante ocasión que les ha dado la rebelión del sufrido pueblo basorense contra Sadam, aún no confirmada y con informaciones contradictorias (el mando británico dice que sí y el corresponsal de Al Yassira que no; el régimen de Sadam, naturalmente, dice que tampoco); quizás esto sea debido al anuncio de Rumsfeld de que prefieren que la población no se subleve contra Sadam “porque no pueden garantizar su propia seguridad”; todo por el pueblo de Irak (y de paso, si luego resulta que no se rebela nadie, “nosotros ya se lo habíamos avisado”, y si, como es previsible, hay rebeliones, “la indignación del buen pueblo iraquí contra Sadam era incontenible, y el apoyo a nuestra postura democratizadora, aplastante”).
Armas de destrucción masiva: Primeras señales de armamento químico. Más concretamente, unos 300 trajes protectores contra armas químicas del Ejército iraquí encontrados en Nasiriyha que, según el Pentágono, demostrarían la existencia de las famosas armas, en un argumento cuanto menos peculiar (¿tiene el Ejército iraquí miedo de que el Ejército iraquí utilice las armas de destrucción masiva del Ejército iraquí contra el Ejército iraquí?).
Las sucias argucias del tirano: Tormenta del Desierto II. Se confirman los rumores que apuntaban al lanzamiento de una Tormenta de arena masiva contra las tropas benefactoras de la Coalición por parte del propio Alá. Al parecer, después de la ambigua posición del Papa en el conflicto (en contra de la guerra pero, según Ana Botella, a favor del Gobierno español), Dios, en sus múltiples formas, ha atendido la llamada del Pontífice colocando un muro de arena que dificulta la “inminente llegada a las puertas de Bagdad”. Esperamos que en cualquier momento el Pentágono anuncie la inclusión de Dios en el Eje del Mal y un futuro ataque preventivo contra él, pues Dios no sólo tiene sojuzgado a su pueblo y es un peligro para otras naciones, como hemos demostrado aquí, sino que, además, posee un abundante arsenal de armas de destrucción masiva, que ha utilizado con profusión contra los demás y contra su propio pueblo (recuerden las plagas de Egipto y la ira divina contra Onán, por ejemplo) y, naturalmente, es comunista, como Zapatero.
“Estamos trabajando en ello”: Ánsar no asistirá finalmente a la reunión de los líderes de la Coalición Humanitaria en Camp David. Pero no porque se le sitúe en un segundo plano, sino porque el Presidente ha preferido quedarse en Moncloa rezando por las víctimas y coordinando la acción humanitaria. Nuestras fuerzas, mientras tanto, ya deben estar a punto de cruzar el Canal de Suez. ¡Tiembla, Sadam, llega el apoyo Humanitario español!
El frente interior: Ánsar irá a la cárcel y luego al infierno. Se confirman varias denuncias ante diversos juzgados contra el Presidente del Gobierno español, Joe Mary Ánsar, por su paerticipación en una guerra ilegal. Al mismo tiempo, el Cardenal Rouco anuncia que Su Santidad el Papa “no ha excomulgado aún a nadie, pero podría hacerlo”. Ante la perspectiva de ver a Ánsar y varios ministros opusdeístas excomulgados sólo podemos confirmar nuestro acierto al convertir al Mismísimo Sumo en imagen y divisa de La Página Definitiva. Por otro lado, continúa el cruce de acusaciones entre el PP y la oposición en lo que respecta a “los violentos” en las manifestaciones: el entusiasmo con que los dirigentes del PP se han lanzado a convertir los ataques a las sedes de su partido en una especie de subversión etarra y lo desproporcionado, al menos en ocasiones documentadas (el famoso vídeo en que una chica era agredida brutalmente en la cabeza, durante las reyertas de Madrid, por un antidisturbios), de la reacción de las Fuerzas de Orden Público indican claramente que, con independencia de la importancia relativa que puedan tener estos episodios lamentables, el PP los está utilizando de forma totalmente irresponsable para alentar los desórdenes y reventar las manifestaciones, creando, de paso, una fuerte oposición entre partidarios y opositores a la guerra que se dirima, cada vez más, de forma violenta. No es óbice recordar, por otro lado, que en las manifestaciones menudea todo tipo de símbolos salvo la bandera constitucional, y que los ataques a la posición de nuestro entrañable Monarca se acrecientan. Al meter a España en un conflicto indeseado, Ánsar está consiguiendo, entre otras muchas cosas, el aumento de un rechazo radical a su visión de España, y en muchas ocasiones, directamente, a España sin más.
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