General Panzer
Conquístelo todo en un juego mientras se manifiesta contra la guerra en el mundo real
Características generales
General Panzer es el primero de una serie de juegos de estrategia dedicados a reproducir las principales batallas de la II Guerra Mundial. La gracia del juego es que el jugador no se limita a luchar en Stalingrado, o Normandía, sino que puede llevar a cabo una campaña desde el 39 hasta el 45, esto es, toda la Guerra Mundial. El juego ofrece una gran cantidad de unidades para configurar el ejército, tanto de tierra como aéreas, con las que podemos hacerlos por la vía de comprarlas con el dinero que recaudamos del Alto Mando merced a nuestros triunfos militares. Cuanto más batallas victoriosas lleven a cabo cada una de nuestras unidades, más experiencia tendrán, es decir, más rápida y eficazmente aniquilarán al enemigo; además, obviamente, conforme avanzamos en el tiempo aparecen armas más avanzadas tanto en Infantería como en los tanques o la aviación, y por el viejo sistema de pagar dinero podemos hacer que nuestras unidades, además de ser veteranas, estén a la última. En cada batalla, por último, podemos engrosar nuestras filas con una o dos unidades nuevas que aumenten la importancia de nuestro ejército, su capacidad destructiva y, en suma, nos faciliten el
Objetivo del juego
Que no es otro que conquistar el mundo, claro. Tengan en cuenta que en General Panzer estamos jugando con los nazis (sí, sí, los nazis), y para un nazi que se precie todo es susceptible de ser conquistado. El lebensraum de Alemania no hace más que aumentar con el tiempo, y por tanto sus necesidades territoriales también, de forma que no piense Usted que con conquistar Europa los nazis van a tener suficiente. Europa es sólo el principio. En General Panzer podemos encontrarnos situaciones realmente macabras, como estar al frente del ejército nazi en la conquista de Jerusalén, o peor aún, en la conquista de Washington, el centro del sionismo internacional. Podemos decir, en este sentido, que General Panzer es el sueño del intelectual alternativo, pues poniéndose al mando de los nazis puede Usted exterminar al sionismo antipalestino (y a los propios palestinos tambuién, si no le parecen lo suficientemente multiculturales), a la falsa izquierda (la URSS), a las débiles y ambiguas democracias europeas y, por último, el plato fuerte: al Tío Sam, culpable, como Usted sabe, de todo lo malo que ha pasado en este mundo desde, al menos, 1492. La pregunta es: ¿cómo hacerlo?
Desarrollo
Al principio las cosas son bastante fáciles: nada hay más sencillo para un alemán de pro que conquistar Polonia antes de almorzar, salvo, tal vez, hacer lo propio con Francia. Pero una vez París ha caído en nuestras manos y millones de colaboracionistas se ofrecen para llevar la Administración nazi en Francia, comienza lo serio. Podemos lanzarnos directamente contra Gran Bretaña (y, con suerte, deshacernos de los ingleses ya en 1941), o contra el Monstruo socialcomunista, la URSS, que nos espera en las frías estepas rusas dispuesta a quemar todo el territorio que sea preciso y aniquilar a sus propios ciudadanos en la medida que sea necesaria con tal de no ponernos las cosas fáciles.
La conquista de Moscú, sin duda, es uno de los objetivos más difíciles del juego, y más de una vez nos acordaremos de los padres judíos del Fuhrer cuando estemos congelándonos a las puertas de la capital soviética por culpa de sus sueños imperialistas. Además, es preciso tener presente que nuestros enemigos ya no son unos liberales cualquiera, sino unos tipos capaces de escupir más y más tropas provenientes de Siberia dispuestas a morir por el Padrecito Stalin. En este contexto, nos resultará muy difícil conseguir que nuestras tropas salgan incólumes de su paso por la Unión Soviética.
A partir de 1943, si no hemos conseguido conquistar Moscú, los bolcheviques se lanzan sobre nuestras tropas en el frente del Este en un avance imparable que tiene un objetivo bien definido: construir industrias contaminantes y anticuadas en un montón de países del Este. Usted, como buen ecologista, no debería permitir tal asesinato a la Madre Naturaleza, así que su función será aguantar a pie firme la embestida soviética con el fin de demostrar que los nazis pueden estar incluso más tocados del ala que el Ejército Rojo.
Poco antes, en 1942, si Usted no ha conseguido conquistar Gran Bretaña los americanos desembarcan en el Norte de África dispuestos a hacerle la vida imposible. Más le vale conquistar Gran Bretaña en 1943, su última oportunidad, porque en caso contrario se va a enfrentar a un enemigo bastante más blandito que la Unión Soviética, es cierto, pero con una envidiable capacidad para comprar más y más tropas, especialmente las más caras, que hará que por cada unidad nazi tenga Usted que enfrentarse a miles de tanques y aviones comprados por los plutócratas americanos (financiados por “el sionismo internacional”, naturalmente). Se puede Usted imaginar que afrontar los últimos años de la guerra siendo atacado en ambos frentes es una perspectiva tan desagradable como debió serlo para el Alto Mando nazi, ya no tan sorprendido por la brillante capacidad estratégica del Fuhrer, que los había metido en esta situación. Si, por el contrario, consigue Usted conquistar tanto Moscú como Gran Bretaña, estará listo para el próximo desafío, que no es otro que la conquista de Washington, lo que efectivamente demuestra que el programador del juego estaba harto de vino.
Aciertos y errores
El principal acierto de este juego es su minuciosidad en la caracterización de los escenarios y unidades; la importancia de mover adecuadamente sus unidades, y de seleccionar bien el tipo de terreno desde el cual atacará, es considerable. Es divertido también hacer evolucionar su ejército conforme consigue nuevos triunfos en distintos escenarios.
En el lado negativo, deberíamos reseñar, sobre todo, que si nos matan a alguna de las unidades “veteranas” nos resultará muy complicado cubrir el hueco que su ausencia deja en nuestro ejército, dado que las unidades nuevas que compremos no tendrán experiencia, y por tanto serán fácil pasto de la agresividad de las tropas enemigas, que vaya Usted a saber por qué, parecen tener bastante antipatía a los invasores nazis. En este contexto, es mucho más importante tener unas cuantas unidades veteranas “a la última” de la moda de armamento que tener un ejército grande pero sin experiencia. Si Usted deja que sus unidades veteranas mueran y está renovando sus tropas continuamente, corre el riesgo de que le acabe pasando lo peor que puede ocurrirle al general en jefe de cualquier Ejército: parecerse al Ejército italiano.
Valor formativo
En principio, se reduce a ampliar considerablemente nuestro conocimiento sobre las distintas unidades militares que fueron desarrollándose en la II Guerra Mundial, así como sobre la evolución de la guerra en los distintos frentes. A esto hay que añadir que General Panzer mezcla su mayor atractivo y su mayor inconveniente en uno solo: Usted lleva al ejército nazi, lo cual le permitirá ejercer de abogado del diablo. Esto puede resultar interesante por lo insólito de la situación, después de tantas y tantas películas antinazis sobre la II Guerra Mundial, pero también tiene considerables “peros” de índole moral. ¿Acaso no deberíamos renunciar a la conquista de la Unión Soviética, sabiendo lo que el Fuhrer haría después con ella? ¿No sería éticamente deseable ser derrotados por los británicos a las puertas de Jerusalén? No se preocupen, es sólo un juego.
Así lo entendieron sus programadores, que visto el éxito de la fórmula bien pronto se lanzaron a inundar el mercado de distintas secuelas:
– Allied General: puede Usted jugar con los americanos y los británicos, en el frente Occidental, o con la Unión Soviética en el Este. Tiene su encanto, pero es inferior al juego original, fundamentalmente porque la campaña occidental es demasiado corta y llevar al Ejército Rojo, asistiendo a cómo sus tropas son sistemáticamente machacadas por los nazis, es un suplicio de envergadura.
– Pacific General: sí, lo han adivinado: la guerra del Pacífico desde la perspectiva yanqui o japonesa, como Ustedes prefieran: barcos, aviones, kamikazes, islas, sobre todo islas, cada vez más islas, con un único objetivo: conseguir enclaves terrestres lo suficientemente cercanos para… Bombardear más islas. Es decir, un coñazo.
– Panzer General II: Imagino que sería muy superior a la primera parte, pero lamentablemente no cayó en mis manos, aficionado como soy a los juegos del Pleistoceno, y renuente, por tanto, a perder mi tiempo con estas cosas “modernas”. ¡Puaj!
Compartir:
Tweet
Nadie ha dicho nada aún.
Comentarios cerrados para esta entrada.