Zaragoza
ANÁLISIS EQUIPOS TEMPORADA 2002 – 2003
OBJETIVO: Mantener la categoría, evitando así por segundo año consecutivo que el Zaragoza B logre el ascenso a la División de Plata. Aunque si la aclimatación a Segunda no es todo lo buena que cabría desear y el Zaragoza desciende, siempre quedaría la opción de convertir el Zaragoza en Zaragoza B y viceversa, manteniendo así la categoría en cualquier caso.
TRAYECTORIA: Eminente decadencia, desde la gloria de la Recopa de hace casi diez años hasta el pozo actual de la Segunda División. El Zaragoza es producto de la rácana gestión presidencial y de la imparable pérdida de calidad de la plantilla, en la que los mejores siguen siendo los abuelotes que jugaron la susodicha Recopa.
FIGURAS: El técnico, Paco Flores, que en su barrio le llaman “figura”, porque es muy simpático. El Zaragoza ha afrontado el reto de la Segunda con madurez y humildad, es decir, ha vendido hasta la camisa y ha ascendido al primer equipo a unos cuantos chavales del filial para que se fogueen y aprendan cuanto antes a pegar patadas como los veteranos. Tras la pérdida de “Toro” Acuña, verdadero maestro en este aspecto sin importarle incluso propinar patadas a los espectadores, el Zaragoza no tiene figuras. Es un bloque sólido en el que destada el inmarcesible Xavi Aguado, líder de opinión en lo que a soltar leña se refiere.
NUESTRO CONSEJO: La aparición de la crisis económica, la proliferación de los contratos basura y el estrés que conlleva la vida moderna están provocando que la gente cada vez duerma menos y peor, con la pérdida de negocio que esto significa para Pikolín, que cada vez se dedica menos a vender colchones y más a colocar futbolistas. Nuestro consejo es que el Zaragoza combata esta tendencia de fondo de nuestra sociedad a dormir menos con su juego, que a buen seguro aburrirá al más pintado. A la tercera o cuarta ocasión en que un espectador se quede dormido viendo al Zaragoza comenzará a considerar prioritario comprarse un sofá más cómodo, y con un poco de suerte, un sofá cama.
COMENTARIO: Normalmente el descenso a Segunda División de un Primera clásico genera varias consecuencias: en primer lugar, el equipo se arruina porque no ingresa un duro de las sufridas televisiones, a continuación baja considerablemente los precios de los abonos y por último la afición, que hasta entonces estaba distanciada del equipo porque “estos inútiles no son capaces de golear al Madrid”, acude en masa a apoyarlo en los momentos duros, aprovechando de paso la repentina generosidad de la Directiva con los precios para asistir a un carrusel de partidazos. A las tres temporadas si el equipo no ha ascendido a Primera normalmente desaparece, pero teniendo en cuenta que dentro de tres años los equipos de Primera, salvo el Madrid y el Barça, también habrán desaparecido a causa de las deudas (nuestra única duda es si las televisiones quebrarán antes o después), esto tampoco debería ser muy preocupante.
COMENTARIO TECNICO: Esteeee, …. El Real Zaragoza es el ejemplo de equipo que ha caído en lo más bajo por elegir en su momento el mal camino, el que le alejaba del manejo insistente del cuero y la búsqueda del marco contrario para encerrarse en un tacticismo defensivo a ultranza desacreditado en todas las escuelas internacionales de fútbol, o al menos en las argentinas, que viene a ser lo mismo. Si a esto unimos que cada vez hay menos argentinos en el Zaragoza y un fracasado paraguayo sustituye a otro, el sabio lector adivinará por sí mismo que no es en la Romareda donde paladeará la ambrosía que hace de este juego un arte.
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