España en el Orient Express
España hace el ridículo en el otro extremo del mundo
17/06/2002: Objetivo cumplido
España ya está en cuartos de final, y además ha llegado a esta frontera que separa la mediocridad del éxito para quedarse. En la mediocridad, por supuesto. Como corresponde a un equipo mediocre, España pasó de milagro, por los pelos, gracias a la excelente actuación de Casillas durante el partido y la tanda de penalties y a pesar del espectacular ridículo de la pareja de centrales española, Helguera y Hierra. Iván Helguera firmó una actuación cantaora, como nos tiene acostumbrados, y fue, por supuesto, según dice la prensa, el mejor jugador de campo de España. Hierro, por su parte, a punto estuvo de eliminarnos merced a un penalty estúpido de los que a él nunca le pitan en la Liga española, pero al igual que ocurriera con el penalty fallado por “el más listo de la clase” contra Francia en la Eurocopa 2000, nadie parece estar muy molesto por ello, ni lo habría estado aunque España hubiera sido eliminada (mientras se sigue recordando al pobre Cardeñosa y su fallo del 78 o el fallo de Julito Salinas en el 94).
El famoso penalty de Hierro, por otro lado, aún siendo una falta clara, nunca se pita. Y menos cuando falta un minuto para terminar el partido y el equipo irlandés ya había sido beneficiado con otra pena máxima. Si el árbitro quería ser riguroso, en la buena línea que había mostrado clavando los fueras de juego a lo largo de los noventa minutos, debería haber pitado algún penalty más, de entre las ocho o nueve faltas de este tipo (agarrones, empujones, etc.) que se producen dentro de ambas áreas en cualquier encuentro de fútbol. Y lo más patético es que a continuación, consciente de los excesos cometidos, el árbitro se dedicó a inventarse faltas a favor de España durante la prórroga “para compensar”, como pone en el manual del mal árbitro. Porque este era malo de narices, marca de fábrica de este Mundial.
Pero nosotros a lo nuestro. España ha firmado un partido lamentable en el que se vio superado por Irlanda en todos los aspectos. En parte, el fracaso futbolístico de España se vio favorecido por los desmanes tácticos urdidos por Camacho, un entrenador al que, definitivamente, le viene grande cualquier reto que sobrepase clasificar en su posición natural a un equipo mediocre de la Liga española. Más o menos eso es lo que ha hecho ahora (clasificar a España, selección mediocre por excelencia, en los cuartos de final), pero queda ver si será capaz de pasar la frontera. Esperamos que sí, pero mucho nos tememos que a Camacho corresponderá el honor de volver a caer contra Italia o, en el peor de los casos, permitir que se clasifique por primera vez un equipo asiático, Corea del Sur, para las semifinales, lo que, sin duda, sería un desastre para el fútbol.
Los recursos de Camacho se reducen, por lo visto hasta ahora, a apelar continuamente a la raza, la casta, en suma, echarle un par de huevos ante cualquier circunstancia. Como esta virtud genital parece ser la propia de los jugadores del Madrid, pues pongo de titulares a todos los que pueda y con los huecos que me sobren ya veré qué hago.
Además, España se enfrenta a una horrible noticia cara a los Cuartos de Final: el más listo de la clase se ha lesionado. Esta circunstancia, que sería más bien positiva si conllevara la ausencia de Raúl del decisivo partido de cuartos, no lo es tal teniendo en cuenta que Raúl ha de tirar del carro y echarle un par de huevos, según la filosofía camachista que comparte el más listo de la clase, es decir, que en cuartos de final no sólo habrá que aguantar a Raúl, sino a Raúl lesionado, con lo que España jugará con diez desde el minuto uno de partido. Recemos porque España se enfrente a Corea del Sur y dejemos la “cuenta pendiente” con Italia para algún partido amistoso. Piensen que España nunca lo ha tenido más a huevo para llegar a la final, en un Mundial tan obsceno que permite la clasificación para la fase final de una selección africana, un cuerpo extraño como Turquía y, lo que es peor, ¡dos asiáticas! (aunque sean las organizadoras).
No toda LPD es tan inmisericorde con nuestra selección. Vea también los Comentarios de Naranjito.
12/06/2002: España 3 – Sudáfrica 2
Marcando tres goles, como es la norma, y haciendo aguas en defensa ante selecciones patéticas, como también es habitual, España ha firmado un auténtico paseo militar en la primera fase, que le dará derecho a enfrentarse a Irlanda en octavos de final y previsiblemente, por mucho que España sea lo que todos sabemos que es, pase sin mayores problemas a los octavos de final, donde le esperará, suponemos, el mayestático desafío de Estados Unidos (o -Dios no lo quiera- Italia).
Respecto a cábalas y especulaciones efectuadas racionalmente no podemos sino remitirnos a los comentarios de Naranjito, que con sabiduría analiza los pormenores de la Selección Española en esta Su página. Nosotros, mientras tanto, nos dedicaremos a hablar del mantenimiento, por parte de Camacho, del número de madridistas por partido: descansó Hierro, la Locomotora, pero en su lugar jugó Helguera, el “castizo” que provoca problemas gratuitos en el equipo y el entrenador le premia con la titularidad, Morientes, que sin duda se la merece basándonos en su rendimiento y la comparación del mismo con el pobre bagaje de Tristán, lesionado además, y Raúl, que en principio iba a descansar pero tiene tanta casta como Helguera y le dijo a Camacho que “quería jugar” -y Camacho, claro, lo puso sin dudarlo un momento- para aspirar al Pichichi del Mundial.
En cuanto al Sudáfrica – España, la victoria de nuestra Selección “B” a medio gas hay que enmarcarla en el lamentable espectáculo que, a la hora de la verdad, nos da el fútbol africano. Además del fracaso absoluto de Nigeria (sí, esa que quedó primera de grupo en el famoso “Grupo de la muerte” de 1998, y ahora última en el “Grupo de la muerte” de 2002) y de Túnez, recuerden cómo Camerún tiró el partido contra Alemania y su clasificación, cómo Senegal estuvo a punto de hacerlo en su alucinante partido con Uruguay y, por último, regodéense en la penosa oposición que ha presentado Sudáfrica esta mañana, con un portero que no había donde meterlo, salvo en la portería de Paraguay como sustituto de Chilavert. Ahora que caigo, ¿cómo es posible que haya cinco equipos africanos en el Mundial? ¿Esto qué es?
El que sí está fracasando en toda regla es el fútbol sudamericano, contradiciendo lo indicado en esta Página en repetidas ocasiones. Las eliminaciones de Ecuador y Uruguay entraban -más o menos- dentro de la lógica, pero la de Argentina no hay por dónde cogerla. La selección argentina, junto a Francia la otra gran candidata a ganar el Mundial, ha cosechado por el momento el segundo gran fracaso, más doloroso aún que el francés porque Argentina, sin duda, contaba con el mejor equipo del Mundial, y además comenzó con buen pie, con una victoria a medio gas frente a Nigeria que luego le ha servido de bien poco. Sólo queda Brasil y los colegiados que lo apoyan y, como premio de consolación, el éxito, por ahora, de Costa Rica y México (porque lo de los yanquis no es de este mundo y resulta insultante considerarlo un éxito del fútbol en América. Por cierto, ¿se dan cuenta de que el número de equipos sudamericanos y africanos -cinco- es idéntico? Así están las cosas cuando la FIFA se encarga del fútbol: Sudamérica clasifica a dos de cinco equipos y es un fracaso, África a un único representante y se supone que debemos estar impresionados.
Mientras tanto triunfa el antifútbol de Dinamarca, que se dedica a dar espectáculo y además gana, el no – fútbol de Suecia, los fuegos de artificio de los dos países organizadores, previo al fracaso en octavos de final, y el fútbol de salón y cojones camachistas aportado por el Real España. Así que ya no quedan dudas: Italia o Alemania ganarán este trofeo.
08/06/2002: ESPAÑA 3 – PARAGUAY 1
Con esta victoria España se clasifica automáticamente para la segunda ronda del campeonato, lo cual es noticia puesto que por primera vez no tendremos que esperar agónicos al último partido para saber si nos vamos ya a casa o esperamos a los cuartos de final.
El partido empezó rematadamente mal con autogol incluido y con un juego casi tan obtuso como el de los paraguayos -lo cual es ya de por sí bastante meritorio-. Al finalizar el primer tiempo negros augurios se cernían sobre la hinchada rojigualda, pero afortunadamente Camacho se dió cuenta de donde estaba el fallo: ¡No había suficientes jugadores del Madrid sobre el terreno de juego! Así que para la segunda parte corrigió ese tremendo despiste dando entrada a Helguera y Morientes quienes demostraron -especialmente este último- porqué juegan en el MEMYUC y porqué el MEMYUC es el MEMYUC, qué coño.
Chilavert no pudo esta vez montar el espectáculo -si obviamos el extraordinario chou de su “salida” en el segundo gol español- así que de la parte artística se tuvieron que ocupar esta vez nuestros dos centrales, especialmente Fernando Hierro, quien divirtió al público con todo un recital de fallos y su ya proverbial lentitud para marcar a los delanteros rivales.
Si a pesar de contar con Hierro y Nadal en la defensa ganamos los partidos, no se sorprendan ustedes si este año pasamos de cuartos. Cosas más difíciles se han visto.
03/06/2002: España 3 – Eslovenia 1
Contra todo pronóstico, España comenzó su andadura por este Mundial con una victoria que la sitúa en inmejorable posición para aspirar al liderazgo del grupo y, por ende, a evitar a Alemania en los octavos de final (enfrentándonos a la temible selección de Camerún, es decir, con muchas posibilidades de llegar a cuartos para allí ser eliminados).
Lo más curioso no es que ganase (que también), sino que lo hiciera con un planteamiento mayoritariamente ofensivo y jugando bastante bien, sobre todo en la segunda parte. España exhibió un fútbol control basado en el toque en corto y las paredes, ideado para superar merced a la técnica el entramado defensivo de la selección de Eslovenia (es decir, a los once jugadores eslovenos que se apilaban delante de su portería). El partido arrojó los siguientes datos de interés:
– España jugó con un rombo que le permite lucir bastante presencia en ataque (Valerón, Tristán y el mejor jugador del Madrid y por tanto del mundo, Raúl González) pero deja desguarnecida la defensa, sobre todo a Baraja, a quien se vio un poco solo como medio centro. Ante equipos con un mínimo de mordiente ofensiva es de prever que la defensa cante, dado que los dos centrales no están para muchas alegrías, y sea precisa la inclusión de un segundo volante tapón, tipo Albelda. Afortunadamente, en este Mundial prácticamente no hay equipos de talante ofensivo (al menos en la primera fase no hay ninguno entre los rivales de España), así que por el momento no hay problema en jugar en plan calidad.
– El mejor jugador del partido fue, sin duda, Javier de Pedro. El jugador de la Real Sociedad se multiplicó en acciones ofensivas, desbordando por la izquierda, lanzando faltas con cierto peligro y dando buenos pases, uno de los cuales, de excelente factura, se convirtió en el segundo gol de España. Teniendo en cuenta que De Pedro es una apuesta personal de Camacho que toda la prensa deportiva (LPD incluida) ya se había encargado de poner en duda, es previsible que nuestro seleccionador se arranque esta semana con otra futbolección improvisada para los ignorantes periodistas.
– Según Antena 3, el árbitro marroquí (de cuyo nombre no me acuerdo) hizo un arbitraje impecable. Cuando intérpretes de la realidad tan imparcialmente madridistas como los de Antena 3 dicen algo así es que nuestras peores sospechas han de verse confirmadas, y en efecto así es: los eslovenos vieron cómo el árbitro siempre pitaba las faltas a favor de España mientras tendía a hacerse el longuis en las recias intervenciones de Fernando Hierro (que por momentos se sintió en su salsa, como si aquello fuera un arbitraje de Liga española, donde es metafísicamente imposible que sea expulsado). La parcialidad del arbitraje llegó a su punto culminante en los últimos minutos de partido, cuando el árbitro se inventó un penalty a favor de España por si las moscas a Eslovenia le daba por marcar el segundo gol en el descuento. No me pregunten los motivos por los que un árbitro marroquí nos es favorable porque no los sé (quizás Su Majestad Juan Carlos I habló con el hijo de su Hermano Mayor para pedirle el favor de que España prolongara su agonía en el Mundial más tiempo de lo habitual).
– Hablando de la retransmisión del partido, Antena 3 ofreció un estilo totalmente nuevo respecto a lo que TVE nos tenía acostumbrados. La sobriedad narrativa de José Ángel de la Casa, aderezada de vez en cuando por los sabios comentarios de Míchel, fue sustituida por el histerismo casi radiofónico de dos periodistas de la casa acompañados por tres comentaristas técnicos, en concreto los entrenadores de Valencia, Deportivo y Real Madrid. Esta última fue una buena idea de Antena 3 (mejor esto que Míchel, en cualquier caso) y sus periodistas al menos lograban ponerle más entusiasmo a los comentarios que la abulia inherente a José Ángel de la Casa, pero todo esto quedaba en entredicho cuando los mismos periodistas hacían comentarios de bella factura que incitaban a uno a apagar el televisor, como “Raúl, el más listo de la clase”, “la Selección española, el equipo de todos” o “esto sí que es un árbitro y no algunos europeos estrellitas”.
– Con todo esto, España por el momento nos fastidia toda la orientación del Especial Mundial: por ahora España no sólo no hace el ridículo sino que se reivindica como Selección. Suele ocurrir que la Selección ofrezca su mejor rostro cuando no está atenazada por la presión y todo el mundo tiene claro que no hará nada en la competición en la que participa. Sin embargo, los caminos de la prensa deportiva son inescrutables, y no nos extrañará lo más mínimo que a partir de ahora asistamos a la multiplicación de comentarios optimistas sobre el equipazo que tiene España, sus posibilidades cara a la victoria final, la inferioridad de los demás equipos que no en vano cuentan con menos jugadores del Madrid, … En cuyo caso, naturalmente, España volverá a ser ignominiosamente eliminada, como siempre.
28/05/2002: José Antonio Quémacho ataca de nuevo
Por una vez los periodistas deportivos parecen haber llegado a un consenso de facto: todos sabemos que España es una selección mediocre que nunca pasará el umbral de los Elegidos (los cuartos de final), de hecho ya lo sabíamos antes, pero ahora lo diremos en vez de “vender ilusión” al dilecto público.
Esto ha generado una agria reacción en José Antonio Camacho, seleccionador nacional, a quien le ha dado con más fuerza de lo normal el clásico síndrome que aqueja a los entrenadores de la Selección en vísperas de un Mundial. El sistema es ya un clásico: todo el mundo está contra el equipo, os inventáis noticias, queréis que la Selección pierda, nos ponéis gratuitamente la presión encima,… Naturalmente, todo esto es falso (la Selección ya pierde sin la ayuda de los periodistas, un equipo que nunca ha ganado nada sólo tiene presión si el entorno dice que han de ganar, al contrario de lo que ocurre ahora, y aunque los periodistas, por supuesto, se inventan continuamente noticias, a Camacho lo que le fastidia es que últimamente ya no sean buenas); pero aunque sea falso comporta una indudable ventaja para el seleccionador: cuando la Selección haya hecho nuevamente el ridículo ante algún equipo de medio pelo Camacho podrá descargar todas las culpas en el periodismo deportivo español, que al parecer es el que se viste de corto para jugar patéticamente los partidos de la Selección, ignorando sus propias responsabilidades (por ejemplo, que la liga más fuerte del mundo continúe teniendo un palmarés inferior al de prácticamente todos los países de la Unión Europea salvo Luxemburgo).
La verdad es que la Selección española, salvo en la época dorada de Javier Clemente, nunca ha interesado demasiado a nadie, pues sus partidos a veces obligaban a suspender la Liga y cuando no lo hacían (por tratarse, como ahora, de un Mundial), sustituíamos fútbol aguerrido de dos equipos semiespañoles frente a frente (un Tenerife – Villarreal, por ejemplo) por exhibición futbolística de algún equipo semidesconocido frente a una Selección netamente española. Así que Camacho, viejo zorro, ha decidido interesar al público por la actualidad de la Selección de la misma forma que lo hacía Clemente: la bronca gratuita. Revisemos brevemente el Top Five de la actuación del seleccionador en la previa del Mundial:
– Camacho vaticina que Raúl tirará del carro de la selección española en el Mundial. El aludido comienza a dar muestras de su capacidad de arrastre riéndose del preparador físico, Carlos Lorenzana, quien amenaza con dimitir.
– El seleccionador decide fortalecer el cuadro técnico con su colega del equipo nacional de Fútbol Sala.
– En justa correspondencia, y ya que por lo visto la cualificación profesional no importa demasiado al trabajar con Camacho, el seleccionador incorpora a un masajista a la cálifa de periodistas que siguen las aventuras y desventuras de la Selección.
– Al mismo tiempo, y en un ejercicio de esquizofrenia digno de mejor causa, Camacho acusa a los periodistas de no tener ni puta idea de fútbol (lo cual es radicalmente cierto) y que, por tanto, no deberían estar autorizados a hablar (sobre todo, a hablar mal) de la labor del técnico, cuestión reservada a especialistas (y aquí radica el error de Camacho: son periodistas, luego hablan de lo que les parece); las únicas excepciones a la regla camachista de “aquí sólo habla el que sabe” son los masajistas, que también pueden ejercer la profesión periodística cuando lo deseen, y los seleccionadores de fútbol sala, que pueden perfectamente acometer funciones desconocidas en el equipo nacional de fútbol.
– Para rematar la faena, Camacho decide demostrar a los díscolos periodistas que él, de fútbol, sabe un huevo, así que los reúne en un aula y les da una clase de una hora (no convalidable por créditos de libre opción) explicando pormenorizadamente cuál será la estrategia de la Selección española sobre el terreno de juego. Los periodistas alemanes, ingleses, brasileños, … acostumbrados a reírse de la Selección española después de su eliminación en cuartos de final o la primera fase tienen una oportunidad única, gracias a Camacho, de hacerlo ya en los días previos al Mundial, dado que Camacho, para guardar celosamente su libretita táctica, comparte su contenido con decenas de periodistas, no sea que luego no lo publiquen en grandes titulares.
Todo esto nos lleva a afirmar que estamos todos con Camacho, hoy más que nunca, pues tras unos comienzos dubitativos, en que el hombre quería dar una imagen presentable y todo, el seleccionador ha demostrado ser de auténtica raza ibérica, rivalizando con Javier Clemente en la producción industrial de destarifos (si bien es cierto que aún le falta estilo para alcanzar las cotas clementistas, avanza a pasos agigantados); como todos sabemos desde el principio que la Selección perderá de todos modos, es un alivio que al menos nos entretengamos un poco en el proceso.
23/05/2002: Actualidad de la Selección española
España es un hervidero de noticias referidas a los 23 gladiadores que defenderán el honor de la Patria en el otro extremo del mundo, invadiendo a multitud de países de un envidiable sentimiento de autoestima posterior a su victorioso enfrentamiento con la Selección. Varias son, mientras tanto, las noticias asombrosas deparadas por la intensiva preparación previa al comienzo del Mundial.
– El gafe de Cañizares: Cuando por fin parecía que los aficionados españoles nos habíamos quitado el fantasma de Casillas, sustituido por el fantasmón de Cañizares, el portero del Valencia ha hecho gala de su hombría lesionándose gravemente en el pie con un bote de colonia (masculina, naturalmente) y dejando paso al Niño por antonomasia. ¿Una conspiración madridista para conseguir un jugador titular más en la Selección? No lo creemos, y nos decantamos más bien por ver razones propias del stress y la agitada vida del futbolista profesional que le hace proclive a incidentes lamentables de este tipo. Por supuesto, pese a no jugar el Mundial Cañizares permanecerá durante todo el stage con el resto del equipo, con el fin de animar y vivir unos cuantos días de vacaciones a costa del erario público entre la admiración general.
– Para sustituir a Cañizares, Camacho ha decidido seguir su estrategia de defensa del futbolista español en forma y ha vuelto a obviar a Molina, cogiendo en su lugar a Contreras, un portero esforzado que no destaca particularmente en nada salvo en un importante detalle: en sus mejores momentos logró ser tercer portero del Real Madrid, así que ¿por qué no serlo también de la Selección?
– Camacho también ha continuado con sus peculiares decisiones “con dos cojones” incorporando al equipo técnico de España al seleccionador nacional de fútbol sala. Tan inteligente y meditada medida, que tendrá por objeto sin duda permitir el achique de espacios de los 10 defensas del equipo cuando España se enfrente a algún rival de entidad (cualquier equipo europeo o sudamericano), pone de relieve hasta qué punto la imprevisión y el gusto por las tonterías demagógicas cara a la galería periodística son propias del casticismo del seleccionador. ¿Tan malos son los técnicos españoles que sea necesario contratar a un técnico de otro deporte? ¿Y era preciso hacerlo ahora, a apenas dos semanas del comienzo del Mundial?
– Por último, es enternecedor el esfuerzo de Raúl por tirar continuamente del carro del equipo español. La estrella indiscutible de la escuadra nacional da diariamente ejemplo por su dedicación desinteresada a tiempo completo a la Selección y, siguiendo el ejemplo del Primero de los españoles, por su sencillez y carácter campechano. Valga como ejemplo la simpática anécdota habida entre el astro y el preparador físico, Carlos Lorenzana. La historia consiste básicamente en que Lorenzana le exigió a Raulito que comenzara una serie de ejercicios ante la pasividad del jugador de fantasía. Con la displicencia propia de un jugador de su clase, Raúl le dijo a Lorenzana: “no seas pesado que me estoy tomando las pulsaciones”, es decir, “tranquilito que aquí la estrella soy yo y hago lo que me sale de los Galácticos. Tú a callar y a rendirme pleitesía como si fueras un periodista deportivo”. El pobre Carlos Lorenzana musitó algo así como “Yo te respeto y exijo que tú me respetes, por lo demás puedes hacer lo que te salga de los cojones”, sin recibir respuesta de Raúl González Blanco, quien asumió como natural que pudiera hacer lo que le apeteciese en la Selección, ¿acaso no es él quien tira del carro? ¿Y cómo pretenden que Raúl respete lo más mínimo al preparador físico de la Selección, si Camacho, haciendo gala nuevamente de su carencia de favoritismos, le deja llevarse a su preparador particular?
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